"¿Por qué sigues tan malhumorada?", me preguntó mientras la llevaba a cuestas. Entre su comportamiento con Kieran y cualquier plan de Clarissa que fuera este ahora, yo estaba ciertamente más callada que lo normal. "No lo estoy", murmuré, sin dejar de caminar. Había aceptado ir a la reunión, aunqu
"¿Te parece bien que nos sentemos a hablar de eso un rato?", dijo entonces Clarissa, hablando antes de que yo pudiera hacerlo. "Mi salud no es la mejor y me canso con facilidad". "Por supuesto, por supuesto", dijo, haciéndonos avanzar. "Tenemos un campamento preparado más adelante. Por favor, pónga
Las palabras de Jax fueron otro recordatorio de lo diferente que habría sido mi vida de no haber existido la guerra. Tal vez podría haber crecido conociéndolo bien, dedicando mi tiempo a aprender cómo proteger y liderar una manada... En lugar de aprender cuál era el mejor método para matar a un homb
Ya era de noche cuando llegamos a casa, después de haber pasado todo el día hablando con la Luna Oculta. Después de mi conversación con Jax, los dos habíamos vuelto al campamento y no se había vuelto a tocar el tema de la guerra, lo cual fue un gran alivio para mí. Seguí adelante y disfruté de mi e
"Bueno, tal vez pueda follarme al primer heredero alfa asesino que encuentre y esperar que cumplan todo lo que deseo, por muy poco realista que sea". Esto hizo que un gruñido saliera de mi pecho, haciéndome dar un paso adelante instintivamente. Podía sentirlo mucho peor de lo normal teniendo esa co
"¡Maldita sea!", gruñí. En algún lugar detrás de mí, escuché un movimiento mientras Noah empezaba a salir rápidamente. "Espera ahí", dijo, corriendo. No es como si tuviera otro sitio al que ir ahora mismo. Me habría enfadado por el comentario si mi atención no estuviera centrada ahora en intentar
"Clarissa... ¿puedes despertarte ya?", pregunté, varias horas después. El sol se había puesto y había vuelto a salir, pero yo seguía junto a su cama. Sentía la cabeza mareada por no haber dormido nada y empezaba a pensar que tal vez había llegado el momento. Quizá realmente no se despertaría...
Suavemente, cogí su mano y me la llevé a la mejilla, observando cómo su pecho subía y bajaba lentamente. Cuanto más la abrazaba, más recuerdos similares empezaban a inundar mi cabeza. Más fragmentos de mi tiempo con Clarissa, viendo momentos de nuestros altibajos juntas. Todas las piezas que se grab