Al ver que yo seguía confundido, ella hizo un gesto con la mano. "Esa es una larga historia. Quizás demasiado complicada para ahora". "Pero sigo sin entender cómo funciona esto", dije. "¿Cómo es que eres capaz de permanecer intacta si no eres de estos... linajes?". Aunque esa pregunta pareció ser
"¿Me conoces?", pregunté, sorprendida. De alguna manera sabía mi nombre y daba a entender que ya nos habíamos visto una vez. ¿Tal vez habíamos sido amigas de la infancia? Pero eso habría sido a los cinco años y ella quizá incluso más joven que yo. Eso sería hace mucho tiempo para recordar. Pero a
"Bueno... puede que no sea capaz de arreglar lo que ya está hecho...", dijo, pareciendo que estaba a punto de llorar ella misma. "Pero tal vez pueda ayudarte en lo que pueda. Como por ejemplo, tu habilidad... Es importante que aprendas a mantenerla bajo control. Activarla sin darte cuenta puede ser
Algo que, accidentalmente, la hizo revolverse... "Mmm... ¿qué?", murmuró somnolienta, despertándose. "¿Cai? Oh... ¿Rheyna?". "Lo siento... no quería despertarte. Solo iba a salir a tomar un poco de aire". Se sentó y se frotó los ojos. "No... está bien. Me debí quedar dormida mientras leía. Los li
"Respira", dijo Myra, haciendo un gesto con las manos para que inhalara. "Respira y aguanta". Llevábamos varias horas con esto y Myra se esforzaba por enseñarme lo que podía. Parecía saber mucho sobre cómo funcionaba la habilidad a pesar de no poseerla ella misma. Aunque, como ya había señalado ant
Entonces, profundicé en los sentimientos que estaba reprimiendo. Al dolor de ser abandonada... a la angustia de tener que crecer sola... A los celos por Clarissa... por haber podido crecer con alguien que la trataba con amor y amabilidad. A la traición de que Myra la hubiera elegido a ella antes q
"¿La Cuerva...?". "Iris Sullivan", dijo. "Con el cabello negro como la brea, tan oscuro como el ala de un cuervo y con toda la inteligencia que lo caracteriza. Tu tatarabuela. Ella fue una persona vital en el establecimiento de la Neblina Plateada pero, después de la muerte de su padre, regresó a c
"¿Es eso...?", intenté preguntar. Pero no me salió la pregunta al oír que Clarissa empezaba a maldecir a mi lado, haciéndolo mientras luchaba por salir de la cama. "¿Qué estás haciendo?", jadeé, viéndola temblar por el gran esfuerzo requerido. "¿Qué parece que estoy haciendo?", espetó. "Ayúdame a