"No entiendo... ¿Por qué me estás contando todo esto ahora?", pregunté, todavía confundida sobre por qué estaba siendo tan sincero. Solo se me ocurría una explicación para que me lo contara... y no era agradable. No... era una que hizo que mis ojos se dirigieran a donde había escondido mi daga, a s
Rápidamente aparté su mano de un manotazo. "No me toques", le advertí. Pero mis palabras fueron ignoradas. Cuando intentó alcanzarme de nuevo, lo empujé hacia atrás al instante. Lo suficientemente fuerte como para que sus piernas chocaran contra una mesa detrás de él y la esquina parecía haberle
*CRAC* Otro dedo más... La tercera ahora en menos de cinco minutos y él todavía se negaba a responderme. A decir verdad, me sorprendió un poco que aguantara tanto tiempo. Seguía determinado a resistirse a mi interrogatorio y se negaba a cooperar. ¿Era realmente está la colina en la que quería mori
"Yo... no estoy seguro. Todo lo que sé es que está en el almacén", dijo. "Por favor... déjame ir ahora. Te he dicho todo lo que sé". ¿Acaso cree que soy estúpida? Esto no era un juego, pues había tenido mucha experiencia en situaciones como esta. Me habían enseñado a ser una experta en obtener resp
"Él planeó secuestrarme", dije, interrumpiendo antes de que Sterling pudiera decir algo más. "Me siguió arriba y dijo que iba a marcarme. Me quería obligar a convertirme en una Luna para una nueva manada que iba a fundar. Intentó reclamarme como su pareja elegida". "¡Mentiras!", gritó Sterling. "¿
El tiempo transcurrido tras la muerte de Sterling fue intenso. Tanto interna como externamente. Porque cuanto más tiempo pasaba, más empezaba a preguntarme cuáles serían las consecuencias de mis acciones. Mi reputación en la ciudad ya era dudosa, pues ya me habían atacado una vez por ser una "Luna
Al pensar un poco más en ello, me di cuenta entonces de que nadie en la manada sabía siquiera que yo era hábil en el combate. Kieran se había asegurado de que nuestras sesiones de entrenamiento fueran siempre privadas. ¿Acaso era otro punto de vista arcaico sobre las mujeres? O... ¿había otra razón?
"El templo... ¿de la Diosa de la Luna?", pregunté. Ella asintió. "Me parece que a veces hablar con ella de mis problemas me ayuda a despejar la mente". "¿Ella te responde?". Kieran había mencionado que su deidad era supuestamente real, no solo basada en la fe. La pregunta sonó ridícula al salir d