Lo observé mientras se servía un té y se acomodaba en el sofá. “Entonces, ¿de qué querías hablar?”. Dudé, sin saber por dónde empezar. Había practicado lo que quería decir en el espejo casi todos los días, pero, en el momento en que estaba sucediendo realmente, era como si mi mente se hubiera qued
Levanté la vista para encontrarme con sus ojos y vi que me miraba con una arruga en el entrecejo. “Aria, no necesitas convertirte en Luna para que tu madre y yo estemos orgullosos de ti”, dijo él. “Tampoco me importa que seas hombre o mujer. Para mí, cualquier hijo o hija mía tiene naturalmente der
Pude sentir que las lágrimas empezaban a caer por mi cara y negué con la cabeza. “No... no puedo”, dije mientras apretaba los dientes. Podía verlo todo de nuevo con tanta claridad. Las celdas, mi padre, el campo de juicio, la espada... y Aleric. Entonces me di cuenta de que, en parte, la razón por
Pero cuando finalmente terminé, miré a mi padre y vi que se le habían escapado algunas lágrimas. Algo que solo le había visto hacer una vez... justo antes de que yo muriera. Después de haberle confesado mi vida anterior a mi padre, me sentí liberada por fin. Por fin tenía a alguien en quien sabía q
El Alfa Tytus sonrió en medio de Alexander y yo, claramente ansioso por lo que estaba a punto de ocurrir. En respuesta, no pude evitar retorcerme un poco bajo su mirada. Como era de esperar, mi padre tuvo que dejarme para sentarse junto a Tytus, dado su rango. Lo vi partir y traté de no expresar lo
"Tu hijo no es el descendiente directo de esta casa", le recordé. "...Yo lo soy". "Alfa, no estarás escuchando esto, ¿verdad?". Él se rio. "Nunca ha habido una mujer Beta, y por una buena razón también. No tienen la fuerza necesaria para defender la manada contra lobos machos más grandes. Por lo ta
"Puede que no sea tan fuerte físicamente como tus luchadores masculinos", respondió: "pero creo que tendrán suerte si consiguen golpearla. Su agilidad y velocidad no se parecen a las de ninguna otra guerrera que haya visto. Si continúa con su entrenamiento, creo que puede llegar a ser una de las mej
Nos quedamos frente al Alfa en silencio mientras él nos miraba a Alexander y a mi. "Gracias por esperar, Alexander... Aria", empezó. Todavía no podía leer su rostro, y su expresión no me daba ninguna pista sobre los resultados. "El consejo y yo hemos discutido esto por mucho tiempo y el resultado