Era el medio día, Muriel Abbadini estaba trabajando en un restaurante de comida rápida, tener dos trabajo no le dejaba tiempo para ella misma, tenía mucho tiempo que no salía con amigos o se iba de fiesta, tampoco tenía con quien irse de fiesta, en el trabajos no tenía amigos, se la pasaba sola todo el tiempo y comía sola al principio varios compañeros intentaron acercarse a ella para invitarla a salir o que se sentara con ellos en el almuerzo pero ella los rechazo y dejaron de insistir.
Ella estaba trabajando detrás de la caja registradora concentrada en su trabajo y atendiendo a la fila de cliente cuando uno en especial llamo su atención, vio la manos de un hombre, el llevaba un anillo en su dedo corazón, tenía una piedra de zafiro y estaba hecho de oro blanco, en la piedra estaba grabado un símbolo de protección del Lauburu era un símbolo usado por el aquelarre del zafiro, ella se impresiono al ver
Arthur estaba trabajando en su habitación quería tener todo listo en una semana, el trabajo se había acumulado cuando se enfermó y tenía que adelantar, estiro su cuerpo y se paró de su escritorio para descansar un rato, se acercó a la ventana contemplando el jardín, de pronto su vista capto a una solitaria figura sentada en un columpio, la observo moverse de forma perezosa y lenta, parecía distraída en su pensamiento, Arthur puso una leve sonrisa y salió de la habitación con dirección al jardín.Ana estaba sentada mirando hacia sus pies con sus pensamientos perdidos, tenía una mirada fría en sus ojos y su aura era deprimente y melancólica, Arthur se acercó de espacio y se sentó en el columpio vacío al lado de ella, Ana llevaba puesto un abrigo de capucha gris y un vestido blanco, tenía la cabeza cubierta con la capucha del abrigo y todo su cuerpo parecía envuelto en un frio abrazador, Arthur la contemplo en silencio por un mucho tiempo, no sabía que decirle para sacarla de
Arthur estaba trabajando en su habitación quería tener todo listo en una semana, el trabajo se había acumulado cuando se enfermó y tenía que adelantar, estiro su cuerpo y se paró de su escritorio para descansar un rato, se acercó a la ventana contemplando el jardín, de pronto su vista capto a una solitaria figura sentada en un columpio, la observo moverse de forma perezosa y lenta, parecía distraída en su pensamiento, Arthur puso una leve sonrisa y salió de la habitación con dirección al jardín.Ana estaba sentada mirando hacia sus pies con sus pensamientos perdidos, tenía una mirada fría en sus ojos y su aura era deprimente y melancólica, Arthur se acercó de espacio y se sentó en el columpio vacío al lado de ella, Ana llevaba puesto un abrigo de capucha gris y un vestido blanco, tenía la cabeza cubierta con la capucha del abrigo y todo su cuerpo parecía envuelto en un frio abrazador, Arthur la contemplo en silencio por un mucho tiempo, no sabía que decirle para sacarla de ese estado,
Ella cerro los ojos lentamente mientras la luz del sol se reflejaba sobre su rostro, miro otra vez fuera de su ventana y observo a Arthur hablar por teléfono y rascando su cabeza distraído, una gran angustia lleno su pecho y recordó las palabras de Helen sobre su salud, la preocupación la invadía, era horrible de imaginarlo en estado vegetativo, era un chico joven, inteligente y de buen corazón tenía una vida brillante por delante para que su futuro se arruinara de esa forma, se preguntaba como lo tomarían Alonso y Raphael ¿Qué hay de Ana y sus padres? Al final ellos crecieron junto en la casa Blanchett como familia.Un recuerdo paso por su cabeza en ese instante, fue la primera vez que vio a Arthur, él estaba sentado en la cama del hospital mirando inmóvil hacia la ventana, su cabello estaba desordenado y llevaba una bata de hospital, su cuerpo emitía un aura melancólica y deprimente ella y su padre observaban en silencio desde la puerta-¿papa quién es ese niño?Sus
Claudette se encontraba de reposo en su apartamento. Después del incidente con Ernest había decidido mantenerse alejada de Maxwell para no levantar sospechas hacia ella, su pierna seguía enyesada aunque ya había sanado con la magia curativa de Helen, debía mantener la farsa para, las brujas debían mantener sus poderes oculto de las personas comunes y era mejor seguir con el yeso hasta que pasara su tiempo de reposo. Helen entro a su habitación con paso lento y una mirada extraña en su rostro, Claudette levanto la mirada y la vio frente a ella -¿sucede algo Helen? Helen negó con la cabeza concentrando su mirada en el rostro de Claudette -solo he venido para ver si necesitas algo Claudette le sonrió de forma dulce y contesto -no necesito nada gracias Helen asintió y se quedó de pie inmóvil sin decir nada con expresión seria -¿algo en que pueda ayudarte? Pregunto Claudette arrugando la frente, Helen le
La reina salió por una puerta secreta que estaba en el patio de la mansión-mantén vigilada a esa niña puede que pronto me sea útilSu asistente asintió en silencio y ella continuo-¿Dónde está Katina?Pregunto cruzando los brazos-ella la está esperando en el salón de entrenamientoElla asintió y camino hacia el lugar de prisa, cuando llego encontró a Katina esperándola -¿tienes mucho tiempo aquí?Ella negó con la cabeza-acabo de llegarLa reina paso por su lado y entro al salón-muy bien hoy te enseñare a controlar tu magiaComento ella caminando hacia adentro, Katina la seguía en silencio esta mujer tenía una presencia que podía paralizar a las personas-¿Qué tengo que hacer?Pregunto Katina al entrar al sal&oa
Katina estaba acostada sobre el frio suelo, habían pasado dos hora desde que la reina salió de la habitación, pero ella no había logrado hacer levitar el vaso sin importar como se concentrara, el vaso no se levantaba, lanzo un gruñido mirando el techo de la habitación “¿Cómo se supone que voy a salir de aquí?” se preguntó frustrada, no entendía por qué le pedía algo tan descabellado como hacer levitar un vaso aunque a esta altura nada a su alrededor tenia lógica, cerró los ojos deseando salir de ese lugar, estaba encerrada en esa burbuja invisible que no la dejaba escapar, quería estar con sus padres había muchas cosas que les quería contar, quería estar con su hija para crear un vínculo y recuperar el tiempo perdido. Cerró los ojos pensando en el rostro de su hija, ese sentimiento de querer estar a su lado se hizo más fuerte a tal punto que escucho su voz-¡mami!Pensó que estaba imaginado cosas pero de repente sintió unas pequeñas manos sacudirle los hombros, Katina se sobresalt
El sol se había ocultado dando paso a la noche serena y acogedora, Arthur conducía en silencio hasta el punto de reunión con los demás, si su plan tenia éxito todo terminara pronto, llego al lugar indicado bajo de su auto y entro al edificio con serenidad y calma-bien estamos todos ¿Cuál es el plan?Pregunto Muriel colocando una mano en su cadera al momento de verlo entrar por la puerta-buscar a Victoria EmeraudeComento Arthur con tranquilidad colocándose al frente de todos los presentes-las drogas están hecha con su magia, debemos encontrarla ya sea que este viva o muertaLos presentes se miraron entre sí, en el lugar se encontraba Helen, Valentine, Muriel, Beatriz y el mismo Arthur -la policía la busco por año, las brujas y los cazadores por igual ¿Qué te hace pensar que tendremos suerte?Pregunto Valentine con escepticismo -simple este caso seguro lo investigo Maxwell Eberini sabemos que él es cómplice, jamás la encontrarían en cuanto a las brujas las Emeraude solo la buscar
La mañana siguiente Muriel y Helen comunicaron a todos que victoria ya no estaba con vida, la noticia no sorprendió a ninguno la sorpresa hubiese sido que ella aun continuara en este mundo ahora debían seguir con el siguiente plan y era buscar su alma en el inframundo. Debajo en la mansión Rouge se encontraba un calabozo sus pasillos lúgubre, sucios y sus celdas frías daban una sensación de terror en la última celda se encontraba una mujer sus manos estaban atada a su espalda suspendida por cadena que colgaban desde el techo sus ojos estaban vendado y sus pies atado con cadenas que estaban sujetas del suelo, vestía con harapos viejos, había perdido ya la noción del tiempo hacia olvidado cuanto tiempo estuvo prisionera.Pasos se escuchaban en el corredor podía saber quiénes eran aun con los ojos vendados -¿sigue sin querer cooperar?Se escuchó la voz de una mujer que reconoció como Cornelia Rouge, la mujer atada rio con ironía en su mente era claro que se trataba de su carcelera-a