Ernest entro a la habitación, Katina se asustó al verlo y reacciono acurrucándose en una esquina de la cama como gato asustado, el vio su reacción y se molestó mucho “¿Por qué me teme tanto?” “¿acaso me ve ella como u monstruo?” ¿Le causo tanto miedo para estar aterrada?” Miro su rostro golpeado y sintió una extraña sensación que jamás había sentido “¿acaso siento compasión por ella?” “¿Por qué debo sentir compasión?” ella es el verdadero monstruo aquí, no es más que un engendro infernal que debe ser erradicado y un mal que debe ser aplastado pero en ese momento solo veía a una mujer mal herida y con miedo que quería huir de ahí
-no tenga miedo no te hare dañoLe respondió el al verla asustada y temblando de miedo-quiero hablar contigo nada mas Él se sentó a un lado de la cama mientras veía su cara asustada-quiero pedirte perdón por lo que hiceElla se quedó confundida, era la primera vez que el pedía perdón por algo, realmente no esperaba que lKatina estaba en su habitación, escucho que alguien tocaba su puerta y abrió a ver quien era-te traje algo de comerDijo el entrando a la habitación, ella se quedo sorprendida, Ernest nunca había tenido un buen detalle con ella, “¿realmente se tomo la molestia de prepárame el desayuno?” se pregunto a si misma confundida, no era propio de el hacer algo para que ella estuviera feliz-no… tengo hambreContesto ella con su voz tartamuda y nerviosa, el sonrió-tiene que comer algo, estuviste enferma y no has comido nada, necesitas recuperar fuerza para sanarteElla decidió hacer caso, no quería que se enojara y volviera a golpearla, estaba mal herida, su cuerpo no resistirá otro ataque de ira de el-esta bienElla se sentó en la cama y tomo la bandeja-te ayudare a comerContesto el quitando la bandeja de su mano y sosteniéndola el, tomo una cuchara para darle el desayuno el mismo, ella pensó en decirle que no, pero
Arthur apareció en medio de la reunión, estaba acompañado por una mujer su nombre Helen Parker, ella era la asistente de corina Emeraude del aquelarre Emeraude, tenía el cabello rubio hasta los hombros y rizados, llevaba una falda larga blanca, una blusa azul celeste y varias pulseras dorada en su mano, tenía ojos oscuro y piel clara, ella miro a todos en la habitación, el ambiente se sentía tenso y la energía era incomoda -soy Helen Parker, corina Emeraude me envió con la respuesta que esperaba Helen se presentó frente a los demás con un tono educado y suave al hablar -gracias Helen por venir ¿pudieron descubrir qué tipo de droga le suministraron a mi hermana? Helen miro a todos los presente en la habitación, estaba la hija de la reina blanca, un miembro del consejo y el líder de la orden de cazadores, era evidente que algo grave estaba sucediendo -es algo difícil de explicar señorita Los tres la miraron al mismo tiempo esperando una respuesta -¿Qué sucede Helen? Helen se veía
Ana estaba en su habitación, intentaba practicar su magia pero no salía, al igual que su madre podía leer los pensamiento de los demás, manipularlos, crear nuevos recuerdos o eliminarlos, pero no era su única habilidad mágica, Ana podía crear luz con su manos, podía crear millones de pequeñas esferas de luz, recordaba que la primera vez que logro hacerla fue en la casa de campo de su abuela, Beatriz quería ver las luciérnagas brillar pero esa noche no brillaban las luciérnagas, Beatriz estaba desanimada, ella quería verla feliz y se imaginó creando la luz, para su sorpresa logro crearla al visualizarla en su mente, ella se sorprendido y Beatriz también lo hizo, de las manos de Ana salían miles de pequeñas luces que parecían luciérnagas en la noche, con el tiempo la aprendió a dominar mejor, pero sus pequeñas luciérnagas
la noche llego envuelta en sentimiento y emociones encontradas, Alonso Hamilton se encontraba saliendo de un bar después de tomar unas copas en solitario, tenía muchas cosa en que pensar, su cabeza era un cumulo de pensamiento y emociones, el problema con las brujas parecía hacerse cada vez más complejo y corría el peligro de que el consejo se enterara de lo que estaba sucediendo, si sucedía eso las bruja romperían el acuerdo de paz o en el peor de los escenario pedirían su cabeza, se subió a su auto y condujo a casa, aunque las brujas no tenían razón para hacerlo, había una posibilidad que una de ellas fuera cómplice del crimen de Ana Blanchett, ese hecho le daba una base para negociar en caso que todo se fuera por caño. Esto era un problema donde todos estaban involucrado y la traición hacia las brujas fue de ambas partes, si demostraba que el no tuvo nada que ver el acuerdo seguiría en pie, era lo más importante para él y lo protegería hasta la última co
En una noche fría, un cielo limpio y sin estrella era observado desde algún lugar de la ciudad, un lugar lejos del mundo de las brujas, un lugar lejos de la alta sociedad y la riqueza, desde ese lugar alguien miraba al cielo infinito, ella caminaba por las calles peligrosas de un barrio oscuro, caminaba de prisa necesitaba llegar a su trabajo, camino con pasos firmes, dio un suspiro y se quejó del frío dentro en su mente, olvido tomar una chaqueta antes de salir iba muy deprisa y la olvido, bajó la anoche fría y serena camino deprisa hacia su moto, subió en ella, la encendió y se puso en marcha a su próximo trabajo, mientras avanzaba en la carretera recordaba la vida que dejó atrás, ella fue en algún momento la heredera de una familia Rica y poderosa, su familia eran empresarios dueños de una cadena de hoteles y casino, era la tercera familia más poderosa de la ciudad y ella era su única heredera, nunca imagino que descendería de lo más alto a lo más abajo. tenía dos trabajos para p
Ella concentro sus pensamientos en Hamilton, lo escucho preocupado al decir que si se rompe el acuerdo de brujas y cazadores el perdería algo importante “¿qué puede ser tan importante?” Se preguntó con intriga, recordó su rostro al decir esas palabras, él estaba melancólico y triste, recordó su reacción cuando Arthur intentó tomar el vino con su magia, esa mirada estaba otra vez en su rostro, solo que esta vez se notaba con preocupación ¿qué es lo que sucede contigo Alonso? Se preguntó para sí misma, intentaba comprender que pasaba por su cabeza, por alguna razón desconocida se sentía preocupada por el -Arthur Quería preguntar a su asistente para ver su respuesta, quizás solo estaba pensado demasiado -¿sí señora? Pregunto el con serenidad -¿cuál es tu relación con Alonso Hamilton? El giro su cabeza hacia atrás para ver su rostro, le pareció extraño que hiciera esa pregunta -nunca lo había visto antes C
Una hora después Arthur y Beatriz llegaron a la mansión Blanchett, la llevaba cargada en sus brazos para que no se esforzara de más- yo puedo caminar por mi cuentaLe reprocho ella, nunca le gusto verse débil, pero en realidad no podía moverse mucho-estas herida es mejor que yo te lleveElla tenía un semblante afligido y con rastro de arrepentimiento en sus ojos-puedo sanar más rápido que una persona ordinaria, deja de preocuparteMiro su rostro con una expresión dulce y cariñosa-no tiene nada de malo que te dejes ayudar por las personas que te rodeanElla se quedó en silencio, todo el tiempo estuvo pendiente de ayudar a los demás, nunca dejaba que otras personas cuidaran de ella, no le gustaba sentirse débil pero ahora se sentía agradable que alguien también se preocupara por ella y quisiera cuidarla- haz
Katina se despertó sobresaltada miro el reloj en su mesita de noche, eran las diez de la mañana, había olvidado despertarse temprano para preparar el desayuno de Ernest y arreglar su ropa, bajo con prisa la escalera y se dirigió a la cocina, cuando entro vio a Claudette preparando el desayuno-¿Claudette?Pregunto sorprendida al verla en casa, Ernest le había prohibido ir a casa hace tiempo cuando ella le conto como la trataba el realmente y pedirle ayuda.Claudette se dio la vuelta con una sonrisa en sus labios-buen día Katina ¿te sientes mejor?Katina pasó una mano por su cabello y estrujando sus ojos le pregunto-¿Qué haces aquí tan temprano?Ella se acercó y le entrego una carta con una rosa, ella abrió la carta para leerla era de Ernest, le decía que no se preocupara por preparar el desayuno que él lo