Melina no tiene idea de cuánto tiempo ha pasado desde que llegó a Costanzo Estate. Ni siquiera quiere saber porque le recordará que no tiene control sobre su propia vida. Los pensamientos de Melina vagan hacia sus compañeros de trabajo mientras juega con su comida, preguntándose si llamaron a la policía al día siguiente después de que Thomas la secuestró. Está segura de que lo hicieron y están preocupadas por ella. Al imaginarse el rostro de Jane, Melina imagina lo preocupada que estará por su paradero. Su cuchara se afloja en su tazón de cereal cuando se da cuenta de que es posible que nunca vuelva a ver a Jane, o peor aún, a su hermana.
—¿Cuál es el problema, querida?—
Melina se dedicó a sus tareas a la mañana siguiente con muchas cosas en mente. Esperó toda la noche a que Thomas la llamara, pero nunca lo hizo. Ella supone que él no regresó ayer como supuso Kim, o peor aún, que simplemente estuvo tramando una manera de matarla sin dejar ninguna evidencia. Pensar en eso hace que su cuerpo tiemble y un escalofrío le recorra la columna.No pudo dormir en toda la noche, aterrorizada de lo que Thomas le haría, y no podía concentrarse en la tarea que tenía entre manos. Sabiendo que no le hará ningún bien si encuentran fallas en su trabajo, decide distraerse de los pensamientos que obstruyen su mente cantando. Le encantaba cantar cuando era más joven, y todavía lo hace. Cantando una de las mejores canciones de su artista favorito, Melina inicia un mini-espectáculo para las s
Melina arrastra los pies fuera del baño a la mañana siguiente. Se aleja unos metros de la cama hacia su pequeño armario. Su cama tiene cobertores y almohadas blancas y un edredón marrón. El estado de ánimo de Melina es gris en este momento, al igual que el color de la pintura de la habitación. Se pone el nuevo uniforme de limpieza que le regaló Linda. Le avisó a Linda inmediatamente cuando regresó ayer para ayudarla a conseguir uno nuevo.Melina camina hacia el espejo para mirarse, y sus hombros caen cuando ve su trasero. Incluso con un vestido más largo, su trasero todavía sobresale. Thomas se pondrá furioso cuando la vea. Está segura de que él cree que eligió un vestido corto para seducirlo. Si tan solo hubiera sabido que ella ni siquiera quería que mirara su mano.
Thomas se siente furioso. La reunión acaba de terminar y no salió como él quería. No pudieron firmar el trato con Xiao Zhan. El pendejo quería a Melina antes de firmar el contrato. Thomas está enojado porque está usando a Melina como moneda de cambio.Para colmo, su hermano cree que debe vender a Melina. Está haciendo todo lo posible por mantener la calma mientras su hermano descarga su ira sobre él. Se acerca al bar y se sirve un trago para ayudarlo a relajarse.—¿Por qué diablos no la vendes? No es como si todavía estuvieras saliendo con ella—dice Stefano, enojado con Thomas por negarse a vender a Melina.
THOMASMientras las palabras que acaba de decir se repiten en su cabeza, Thomas dispara otra bala cerca de los pies de Melina. Él carga contra ella y la agarra del hombro. Poniéndola de rodillas con su mano libre, él mira sus ojos cerrados con furia ardiendo en la sangre. La ira y el odio de Thomas por Melina alcanzan nuevas alturas después de que ella dice sus últimas palabras. Está furioso; esas palabras de tres letras resultaron las que eligió decir como sus últimas palabras. Su ceño se profundiza cuando se da cuenta de que ella sabe que no le disparará una vez que diga esas palabras.—¿Qué diablos acabas de decir?—Thomas le gruñ
Su cerebro se congela, sintiendo los labios de Thomas contra los de ella. Su espalda se arquea mientras sus manos recorren su cuerpo. Melina no puede creer lo que está pasando. Pensó que nunca volvería a estar con Thomas. Ella cierra los ojos, le devuelve el beso y le permite devorar su boca. Melina ha extrañado el sabor de los labios de Thomas contra los de ella. Thomas pellizca su cintura, haciendo que abra la boca. Su lengua entra en su boca, y el sabor de él ciega por completo sus sentidos. Con sus manos alrededor de su cintura, la atrae hacia él. El calor de su cuerpo se extiende dentro de ella, y el sabor de él llena sus sentidos.Él aleja sus labios de su boca y toma su seno derecho en su boca. Sus ojos ruedan hacia la parte posterior de su cabeza mientras Thomas chupa con fuerza su pezón, tirando de él entre sus dientes. Tomando
Melina le cuenta todo a la señora Costanzo. Ella no oculta ninguna información sobre por qué traicionó a Thomas. Melina espera que le crea, ya que será bueno tener a alguien que lo crea. Ha pasado un minuto desde que terminó de explicarse sentada en el sofá de la señora Costanzo en su sala.—Te creo, querida—dice Kat, y los ojos de Melina se iluminan. No podía creer que Kat le creyera. Melina nunca imaginó que alguien creería que no tenía más remedio que traicionar a Thomas. Kat no tiene idea de cuánto significa para Melina que ella le crea. Eso es lo único bueno que ha pasado desde que ella llegó.—
Melina entra a la cocina y se sirve un vaso de agua fría. Si bien duele un poco, no es nada que ella no pueda manejar. Ella se siente aliviada de que él no haya insistido en tener sexo con a pesar de que su cuerpo lo ansiaba, lo cual no podía creer. Está jodida y eso es todo. De pie junto a la nevera, se pregunta por qué Thomas la acercó tanto. ¿Temía que rechazara su tacto de repente? Puede que no esté lista para estar con él, pero le desea con todo su ser. Sus bragas mojadas son prueba de ello. Tal vez si él no hubiera sido tan aterrador todo el tiempo, ella estaría lista para estar con él nuevamente. ¿Ayuda eso a su situación? Quiere olvidar a Thomas y ya está planeando cómo se preparará para tener sexo con él nuevamente. Melina se da a sí misma una palmada en la cara, dándose cuenta de que está a
MELINA—Entonces, quería esperar hasta que Leo se fuera para hacerte una pregunta—dice Melina. Caminan a la oficina de Thomas para obtener sus artículos de limpieza. Serena la va a ayudar a limpiar.—¿Qué te gustaría preguntarme?—¿Por qué no quieres que nadie sepa que están juntos? Creo que sería prudente que la gente lo sepa. Tal vez todos esos hombres aterradores finalmente te dejarían en paz.—Sé que si supieran que es