POV ISABELLA
Cuando abrí mis ojos, pude notar que me encontraba en un lugar desconocido para mí; tenía un horrible dolor de cabeza y apenas si podía pensar claramente. Pasaron alrededor de 5 minutos en los que pude volver completamente en mí, cuando noté que mi ropa había sido reemplazada por una bata blanca y que estaba conectada a una especie de monitor.
Trate de moverme para quitarme las agujas que estaban enterradas en mi brazo, cuando un sonido provino del monitor.
— ¡Maldición! Ese sonido hará explotar mi cabeza — Me queje, ya que ese sonido era tan agudo y ensordecedor, que me estaba ocasionando gran dolor.
Estaba sosteniendo mi cabeza, cuando una mujer de una mediana edad entro a la habitación y apagó el sonido maligno.
— Señorita, no debe moverse mucho, aún está muy débil — Me dijo mientras intentaba volver a colocar las sábanas encima de mí, que se habían caído por el forcejeo con las agujas.
— Disculpe, ¿Qué estoy haciendo aquí? — No podía recordar como llegue hasta acá y me sentía muy confundida.
— Usted llamo a emergencias y cuando llegaron estaba completamente inconsciente, así que la trajeron lo más pronto posible — Mientras me decía eso, anotaba algo en una especie de libreta que tenía en la parte de la cabecera de la cama y revisaba las agujas de mi brazo.
— ¡Ah! Ya veo.
Estaba procesando eso, cuando de pronto recordé…
— ¿Y mi bebe? ¿Cómo esta mi bebe? ¿Cómo esta él? — El pánico se apoderó de mí, no podía imaginar, ni aceptar que algo malo le hubiera pasado por mi culpa.
Note como la mujer se puso muy seria y tomo mi mano para decirme:
— Le seré muy sincera, usted tuvo una amenaza de aborto —No podía creerlo.
— Entonces….
— El bebe esta bien por ahora, no se preocupe — Pude ver la sonrisa en su rostro y eso de alguna manera me tranquilizo muchísimo y comencé a llorar. La enfermera me dio unos pañuelos para limpiar mis lágrimas.
— Muchas gracias — Le dije, tomando uno de ellos.
Estaba muy feliz por lo que me había dicho, que no me di cuenta de la expresión que había tenido cuando me pregunto:
— Disculpe … ¿Usted tiene más familia que no sea su esposo? Necesitamos informarle a alguien que usted se encuentra aquí — Hablo con sumo cuidado, pero llamo mi atención el hecho de que supiera que tenía un esposo (o bueno, tuve un esposo).
— Disculpe … ¿Cómo sabe que estaba casada? — Le dije sorprendida, pero ella miro hacia un lado y tomo un poco de fuerzas para admitir.
— Encontramos el número en el teléfono que se encontraba cerca de usted, decidimos llamar y al parecer no quiso venir a verla— La mujer se veía apenada por lo que me estaba diciendo.
— ¿Qué le dijo exactamente? — Estaba asustada e interesada en saber que había dicho y que es lo que ellos le habían dicho a él.
— Bueno, nosotros lo llamamos diciéndole que su esposa había sufrido una amenaza de aborto y que necesitamos que viniera urgentemente para estar al pendiente de su estado de salud…— Se veía que realmente estaba luchando por decirme todo eso.
— ¿Y que le respondió él? — Le insistí un poco.
— Me apena mucho esto señorita, pero él dijo que ya no le interesaba lo que pasara con usted y que si estaba embarazada…de seguro no era su hijo, así que no lo molestáramos más.
Estaba consternada, no podía imaginar que el supiera que estaba esperando un hijo de el y que tomara esa actitud en cuando se enterara; quería llorar más, pero algo dentro de mí, me dijo que ya era suficiente. Así que le respondí con una sonrisa a la enfermera:
— Lo siento mucho, yo no tengo familia a quien llamar — Pude ver el rostro de tristeza que apareció en cuando me escucho decir eso.
— Está bien, lo que necesite aquí estamos para ayudarla — Toco mi hombro en señal de compasión.
Solo pude sonreírle un poco y salió de la habitación.
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Había pasado un día completo en el hospital, pero ya me sentía bien; así que al salir decidí llamar a Gonzalo para que me dijera cuando se llevaría a cabo el funeral de mi padre, aun me dolía decir eso.
¡Ring! ¡Ring!
— Bueno, ¿Quién habla?
— Gonzalo soy yo…Isabella — Le dije tristemente.
— ¡SEÑORITA! Qué bueno que está bien, me preocupé por usted al cortar la llamada tan rápido; quise llamarle de nuevo, pero no me contesto — El realmente sonaba aliviado de escucharme.
— Estoy bien, gracias por preocuparte; solo te llamaba para preguntar cuando sería el funeral de mi padre.
Lo escuche vacilar un poco, pero al final me dijo:
— Es hoy Isabella — Estaba un poco sorprendida, pero decidida a asistir.
— Bueno, entonces estaré ahí pronto — Le dije
— Tenga cuidado señorita — Me dijo sinceramente.
Le agradecí por decirme y me dirigí a mi antigua casa, la casa que fue un infierno para mi después de tantos años.
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Al llegar pude notar cientos de autos de lujos estacionados en la parte delantera de mi casa, personas con atuendo negros lujosos y con aparentes caras tristes iban de aquí por allá; traté de esconderme lo mejor que pude, no quería recibir falsos pésame de personas que le habían dado la espalda a mi padre, después de los problemas que tuvo.
— Solo quiero despedirme de mi padre — Dije para mi misma, así que decidí entrar a la casa por la puerta de atrás y dirigirme en silencio hasta la sala de estar.
Estaba a punto de llegar, cuando presencié la escena más desgarradora que pude haber imaginado. En la sala, el hombre que había amado por muchísimos años, estaba abrazando a mi hermanastra de la forma más romántica que pude haber visto; limpiando sus lágrimas cada vez que resbalaban por su rostro, dándole pequeños besos en la frente y aferrándose a ella todo el tiempo.
Quería hacer de cuenta que eso no me dolía, pero falle estúpidamente cuando lo escuche pronunciar esas palabras: “Estaré aquí para ti, por siempre” y después procedió a darle un beso para consolarla. Tristemente decidí que no podía soportar entrar a la sala estando ellos ahí, así que mi mejor opción fue subir a la habitación de mi padre, para recordarlo.
La habitación era bastante tranquila, había cientos de fotografías de su nueva esposa, su hijastra y mías también; era conmovedor ver las fotos y recordar los maravillosos momentos que pasamos juntos el y yo, cuando de pequeña me enseñó a andar en bici (él se cayó porque tampoco sabía usarla, pero quería que su pequeña princesa no tuviera miedo de caer), cuando en el día de las madre en la escuela, había decidido ir y tomar el lugar de una persona que ya no estaría mas con nosotros.
— Y ahora tu ya no estás aquí conmigo — Dije soltando unas lágrimas y verlas chocando en el portarretrato que sostenía en la mano.
Estaba tan concentrada recordando esos hermosos momentos, que no supe que detrás de mi había alguien y me sorprendí al escuchar:
— ¿Qué estas haciendo aquí? No tienes permitido entrar — Cuando volteé, pude observar a Samantha mirándome con ojos inyectados en furia.
— Es mi padre, quiero despedirme de el — Esperaba que entendiera mi razón y no me molestara más.
Samantha me observo de arriba para abajo y muy molesta me dijo:
— ¡Ja! Ni siquiera te pudiste vestir decentemente, pareces una m*****a pordiosera.
Quizás no estaba vestida tan lujosamente como las personas que estaban aquí, ya que inmediatamente cuando salí del hospital me dirigí hacia acá. Pero no le iba a decir eso, así que consiente de como iba vestida solo pude agachar mi cabeza.
— Supongo que sabes que mi hija llego con Nikolas, espero que no te metas mas entre ellos — Eran palabras filosas, que estaban destinadas a lastimarme, pero no le iba a dar ese gusto.
— Por mí, ellos pueden hacer lo que quieran — Le dije directamente a los ojos, si quería hacerme daño no lo iba a lograr esta vez.
— Que bien que lo entiendas, tu nunca estuviste al nivel de mi hija, así que tarde o temprano ellos iban a regresar, al darse cuenta Nikolas que tu no valías la pena — ¡Dios! Si que sabía darme donde más me duele.
— Te repito, me da igual; solo vengo a despedirme de mi padre — Le dije claramente para que lo entendiera de una buena vez.
Estaba a punto de salir de la habitación y dirigirme a la sala, cuando tomo mi brazo bruscamente y lo apretó para que me doliera.
— No vas a salir, no quiero que nadie te vea, ¡Así que ahorita mismo te largas de aquí! — Me empujo sobre la cama y llamo a unos guardias que me tomaron de las manos y trataron de sacarme por la puerta de atrás.
— Tu no puedes hacerme esto, esta es mi casa también — Le dije completamente furiosa.
— Esta no es tu casa, tu no tienes nada aquí y no quiero volverte a ver nunca — Me grito a la cara y dando la orden de que me sacaran rápidamente.
Cuando me estaban sacando, vi unos ojos azules que me miraban desde el otro lado de la habitación, pero desaparecieron rápidamente.
POV NIKOLASEncontrarme en la casa de los Bennett, me hacia sentir de alguna manera extraño, recordaba esta casa como uno de mis lugares favoritos cuando solía jugar a las escondidas con Isabella de pequeños. Pero también tenía recuerdos muy tristes, uno de los peores fue cuando tuve que meterme por la ventana del segundo piso (teniendo cuidado de no ser detectado por nadie) para consolar a Isabella después de haber perdido a su madre; en ese momento pensaba que mi obligación era hacer sentir bien a mi mejor amiga y no quería que estuviera sola.—No puedo imaginar el dolor que sintió en ese momento y ahora debe estar sintiendo lo mismo — Reconocí inmediatamente preocupado.Toda la mañana estuve tratando de llamarla, pero su teléfono estaba apagado. Supongo que era obvio que no quería hab
POV ISABELLAEl sentimiento de enojo es fácilmente dominado por el sentimiento de soledad en mi interior, el estar sentada cerca del hermoso lago frente a mí, me deja completamente pensativa, lo único que pude hacer después de que fui cruelmente echada del lugar donde había crecido, fue dirigirme a este parque, tenía tan buenos recuerdos aquí. Este era el lugar al cual mi padre solía pasearme junto a mi madre cuando era niña; también fue el lugar donde conocí a Nikolas, aún recuerdo que fue el único niño que se preocupó cuando me vio caer de la bicicleta.En ese momento, estoy segura que el no dudo en ayudarme y tampoco cuando se preocupó porque regresara a casa bien. Ahora todo es completamente diferente.—Creo que realmente ya no significo nad
POV NIKOLASEl funeral fue muy conmovedor en lo que cabe, la señora Samantha y Sofía lloraron mucho al ver al señor Bennett ser enterrado; creo que para las personas que no lo conocían realmente, quedaron desconsolados al ver a dos mujeres expresar de tal forma el dolor que sentían por perder a una persona que significó tanto para ellas.—Supongo que es mejor pretender, que hacer entender — Dije para mí mismo, nadie les iba a creer si decían el tipo de persona que era el señor Bennett, si lo hacían, solo serían criticadas por la sociedad en que vivimos.Me encontraba regresando a mi casa después del funeral; Sofía me había pedido quedarse en casa de su madre, para acompañarla en su lu
POV ISABELLAEn todo el transcurso hasta llegar a la casa de Nikolas, imagine mil veces como seria la situación y que es lo que yo debía hacer, recordando lo que me dijeron en el hospital; el ya sabia que estaba embarazada y no le dio la más mínima importancia, lo cual fue claro al no haber tenido la delicadeza de preocuparse por mi hace un rato.—No necesito pensar más, no voy a forzar absolutamente nada — Dije.Es más, ni siquiera voy a intentar explicar esta situación de nuevo, el ya tomo su decisión y no voy a rogar nada. Entonces el plan debe ser sencillo, solo entrare e iré directo por mis cosas, no hablare de más, ni tampoco le prestare más atención de la necesaria.Cuando llegue pude observar las luces de la entrada prendidas…—
POV ISABELLAMe encontraba en una habitación oscura, completamente sola y con un pequeño bebe entre mis brazos. No podía recordar el nombre de la bebe, pero al verla quede maravillada por los hermosos ojos azules que poseía.—Eres realmente hermosa — Dije con una sonrisa y tocando los pequeño deditos que tenía, los cuales estaban jugando a tratar de alcanzar a tocar mi nariz.—¿Sabes? Realmente tienes los mismos ojos de alguien a quien no puedo olvidar — Esos ojos me transmitían una paz absoluta, pero al mismo tiempo un rencor difícil de ignorar.Estaba completamente concentrada mirando al pequeño bebe entre mi
POV ISABELLA Pocas veces en mi vida había pensado que los dichos eran ciertos, usualmente creia que solo se les atribuía un significado forzado a un acontecimiento que acaba de ocurrir; pero el dicho que decía “Que pequeño es el mundo”, se estaba haciendo realidad frente a mis ojos. Ya que, al escuchar esa voz tan profunda, me pareció conocerla de algún lado y mas temprano lo afirme cuando voltee mi mirada… —¿Sebastián? ¿Eres tú? — Pregunte realmente muy sorprendida. — El mismo, pero creo que la sorpresa es para mí — Dijo acercándose lentamente y ofreciéndome su mano para estrecharla. Rápidamente tome su mano y lo salude completamente asombrada. Es difícil explicar quien es Sebastián, lo cierto es que era uno de mis antiguos compañeros de la escuela, se podíadecir que era uno de mis amigos;pero no solíamos platicar mucho, ya que e
POV ISABELLA Siempre que haces algo por primera vez, es inevitable tener miedo; miedo a no saber que esperar, que hacer o inclusive que no debes hacer. Lo se, es un poco extraño que una mujer de veintitantos años, tenga miedo en su primer día de trabajo, pero eso es lo que estaba pasando. Sin embargo, no creo que sea un miedo de aquellos que te provoca salir corriendo sin mirar atrás, era un miedo que te invitaba a enfrentarlo; ya que te daba la posibilidad de medir tus capacidades…Pues justamente eso es lo que planeaba hacer. Estaba caminando tranquilamente hacia mi trabajo, las calles se veían vivas, había pequeños caminando con sus padres directo hacia la escuela, personas adultas apuradas por llegar a sus respectivos trabajos, ahora que lo pienso…yo también debería estar corriendo al observar que solo me quedaban ¡15 MINUTOS PARA LLEGAR A TIEMPO! *¡Demonios! ¡No estoy dispuesta a ll
POV NIKOLAS Eran las 8 de la mañana, debía levantarme temprano para estar al tanto de unos contratos que estaban a punto de cerrarse con una empresa de autos de lujo Internacional, era uno de nuestros principales competidores, pero gracias a una cena donde pudimos conocer mejor a los dueños, decidimos colaborar para sacar al público un modelo que revolucionaria el mercado. Me encontraba en la cama, decidí rodar para poder estirar mi brazo y poder tocar su piel… —Buenos días amor — Me dijo recién levantada. —Bueno días, ¿Qué tal dormiste? — Le pregunte tocando su rostro. Aunque yo no pudiera dormir plenamente, esperaba que ella sí. —¡Increíble! Gracias por quedarte conmigo esta noche. Había pasado todala noche con ella, como lo había hecho todos estos