Parte 1...Norton Ya sabía que eso podía pasar. Estoy sintonizado en las noticias desde ayer cuando vi que hablaban de toda la lluvia que cae en Bahia y que probablemente venga para aca.El estado es pequeño y normalmente cuando llueve así allí, salpica aquí, por así decirlo. Y en este caso, era el final de un tifón. Espero que no haga tanto daño.Hice que cerraran todo y bajaran las puertas de seguridad para proteger las paredes de vidrio de la empresa. Los pedí para guardar los coches más lujosos y caros en la parte trasera, donde el galpón es más fuerte.Despedí al personal. Casi nadie se presentaría a comprar un vehículo en esta situación, sólo si estuviera lo bastante loco para hacerlo. Y no puedo obligar a mis empleados a quedarse. La mayoría viven demasiado lejos y tienen que dar un paseo en coche, a veces más de uno, para llegar a casa.No lo sé, pero mis pensamientos volaron hacia Cristina, cuando vi a dos empleados que se apresuraban hacia la parada del autobús. ¿Habría ido
Parte 2...No me esperaba esta respuesta tan atrevida, y menos viniendo de ella, que tan tranquila hablaba. No sabía que podía ser irónica.— Mira, ¿podemos hablar por el camino? Te llevaré a casa.Intenté cogerla de la mano, pero ella puso las manos detrás.— Fuera de aquí. No necesito que me lleves. Su terquedad también se notaba en su rostro, que parecía serio y empezaba a enrojecer. ¿Se avergonzaba de su barriga?— ¿De quién es hijo?En cuanto cerré la boca, me di cuenta de que había dicho una tontería. Ella apretó los labios, apretó los dientes y me miró con el ceño fruncido. Pensé que iba a pegarme.— ¿De verdad has venido hasta aquí para ofenderme?Me quedé mirándole la barriga. Debería estar qué, unos meses, tal vez. Abrí los ojos de par en par, al darme cuenta del pensamiento.— ¡Es mi hijo! - ni siquiera era una pregunta.— Es obvio que lo es, idiota - se dio la vuelta - ¡Vete!Me llevé la mano al pelo y sentí un tirón en el estómago, como si me faltara el aire. El descubr
Parte 3...No puedo creer que lo haria mismo, con esa barriga tan alta delante. No sería capaz. Esbocé una pequeña sonrisa y bajé los escalones detrás de ella. Intenté cogerla de la mano, pero se apartó.— Sólo quería apoyarte a bajar las escaleras.— Oh, vamos... - ella agitó la mano — Subo y bajo por esta cosa todo el tiempo. No te necesito.No me lo esperaba eso. Parecía una nueva versión de la Cristina anterior. La otra se atrevió menos a dar respuestas. Le señalé dónde estaba el coche, ya que no lo conocía.Abrí la puerta y ella entró. Me di la vuelta rápidamente y tiré hacia atrás el paraguas, mojado como estaba. Tiró de su cinturón de seguridad y se lo abrochó.— He cambiado de dirección - me dijo mirando al exterior, — Ahora está más cerca, ya te diré dónde está".— Mi madre dijo que habías cambiado de hogar - hice un sonido exasperado, sacudiendo la cabeza — Pero supongo que se le olvidó decirte que soy padre.Me miró en silencio e hizo un mohín.— ¿Cómo?— No eres padre - en
Cristina Cuando entré en la casa se me aceleró el pulso. Me senté en la primera silla que encontré frente a mí. Mi madre se preocupó.— ¿Qué ha pasado? ¿Cómo el ha llegado hasta aquí?— No te puedes imaginar el susto que me llevé cuando lo vi en el hospital, allí en la clínica - jadeaba — No sé de dónde saqué fuerzas para mantenerme en pie. Estaba organizando cosas para los internos mayores.— Te traeré un vaso de agua.Dejé mi bolso a un lado mientras mi madre se apresuraba a salir. Ni siquiera presté atención si ya se había ido. Me levanté con las piernas temblorosas y me acerqué a la ventana, descorriendo la cortina.La lluvia era intensa, pero el coche ya no estaba fuera. Mi madre volvió con el vaso. Me lo bebí todo sin parar, estaba muy nerviosa. Ni siquiera sé cómo me las arreglé para hablar con él.— ¿Y ahora qué? - mi madre estaba preocupada.— Y ahora nada - le devolví el vaso y volví a sentarme — Le dije que no se preocupara, que no quería nada de él.— Mi hija - ella hizo
Parte 1...Norton Llegué a casa en modo automático. Ni siquiera sé cómo no hice alguna cagada por el camino, con la mente ausente.No podía dejar de ver la imagen de Cristina con esa barriga. Iba a ser padre. Dios mío, voy a ser padre.— Norton... ¿Por qué esa cara?Miré y vi a mi hermano, Norman. Fui a casa de mi madre en vez de a mi piso. Ni siquiera me di cuenta.— Estás todo mojado, tío.Sacudí la cabeza, revolviéndome el pelo mojado. Acabo de darme cuenta. Necesito deshacerme de esta ropa. Ni siquiera contesté y me dirigí al dormitorio, siendo seguido por Normando.Él se sentó en mi cama y yo fui al closet a buscar qué ponerme. La cabeza me da vueltas. ¿Por qué demonios me importa?— ¿Me dirás qué coño has hecho?Me detuve con la ropa en el brazo. Miré a mi hermano y comprendió que necesitaba ayuda.Me senté con los pantalones aún mojados en la silla junto a la ventana y suspiré, mirando hacia abajo. No lo sé, pero creo que soy emocional.— Cristina está embarazada" - yo solté.
Parte 2...Por eso. Echaba de menos a Cristina.Mierda. ¿Qué significa eso?¿Qué significa eso?Nunca me había parado a echar de menos a ninguna mujer, ¿por qué tenía que ser con Cristina? Vive en otro mundo, tiene otros valores, se lo toma todo en serio.Podríamos haber pasado buenos ratos si ella hubiera entrado en el mío y a estas alturas mi madre se estaría metiendo con Normando, no conmigo.Pero no, Cristina pensaba que seríamos novios de verdad y que habría un compromiso en todo esto.** ** ** ** ** ** ** ** En los últimos meses me he estado reafirmando en que soy la misma de siempre, que esa tontería de que mi madre se peleaba conmigo no me afectaba, pero no es cierto.Si no me hubiera golpeado, no habría seguido pensando en ella, como me sorprendí a mí mismo haciendo algunas veces y mucho menos habría decepcionado a una mujer, como lo hice.Qué odio me daba eso.¿Realmente tendré que admitir que mi madre tenía razón? Que a pesar de mis ideas y mi forma de ser hasta hoy, lo qu
Parte 1...CristinaDos años después...No es fácil ser hija, madre, ama de casa, trabajar fuera, estudiar, ser amiga y encima evitar cometer errores.Nunca pensé que tendría una vida tan plena, pero entre las dificultades y algunos obstáculos, consigo ser feliz la mayor parte del tiempo, lo cual ya es bueno para mí.Mi pequeña Lucía vino al mundo una tarde, casi al anochecer, después de hacerme sufrir durante más de nueve horas de parto. Pero llegó fuerte, sana y ruidosa. Por eso elegí ese nombre. Lucía significa luz, que es lo que representa en mi vida.Y lloré mucho cuando la pusieron encima de mí. Un llanto de felicidad máxima de tener ese pedacito de mí que ya me hacía sentir que todo lo que voy a hacer, será para que ella tenga la mejor vida posible, sea como sea.Yo elegí el nombre. Hice una lista enorme de nombres y los fui tachando uno a uno, con cada significado que leía. Dejé cinco separados. Uno de ellos sería el elegido y yo lo sabría cuando llegara el momento.Tras horas
Parte 2...Sólo una vez contestó disculpándose de nuevo y deseando otro acercamiento. Me cuestionó si no sentía algo más por él, aunque fuera poco, pero yo sólo le respondí que no hiciera más eso o dejaría de enviarle los videos de su hija y disminuirían las visitas.Cuando fui a registrarla, acepté su presencia. Estaba muy contento y me dio las gracias. No sé cómo me sentí aquel día, cuando le vi con lágrimas en los ojos, abrazando a su hija mientras el hombre hacía el registro.Le di su apellido, después de todo, él era el padre. Y para ser sincera, no quería que mi hija no tuviera el nombre de su padre en su partida de nacimiento.Pero no hubo celebración. Salimos del registro civil, me entregó a Lucía, subí al coche con chófer que había enviado y él se fue al suyo. Hacía un poco de frío, lo sé, pero aun así nos emocionamos.Hago pequeñas cosas por él, pero es mucho más por mi hija. No dejaré que algo que me ha hecho daño en el pasado se le eche encima, trayendo algún problema futu