Me acosté sobre su pecho mientras hablábamos. La única luz de la habitación era el televisor que daba a nuestra cama.
-Enséñame un poco de italiano -canté, jugando con su mano que descansaba sobre mi cintura, acercándome a él.
-Mm, vale -se acostó sobre su otro brazo-. Cagna es una perra -Su acento cambió cuando hablaba italiano, se hizo más profundo.
-Cagna -repetí, asintiendo con la cabeza a Andrew.
-Suela es el sol.
Las palabras se quitaron de la lengua como si no hubiera hecho ningún esfuerzo.
-Suela -sonreí, sabiendo que lo pronuncié mal.
-El triste es triste -rodó su R. Intenté copiarlo, pero él se rió de mí cuand
-¿Cómo reaccionaste después de matarlo? -no estaba segura de si quería seguir haciendo preguntas al respecto, ya que podía ver que Andrew todavía no lo ha superado hasta el día de hoy.-Me fui a casa y lloré durante días. Me sentí mal por él, pero pensé que merecía mis castigos y todo mi abuso. Ahora sé cómo Andrew ve a mi padre. Él ve a mi padre como yo veo a su padre; un cruel monstruo manipulador y si no se salieran con la suya, "castigarían" a la gente por sus propios errores. Me enfureció... tan furiosa estaba que quería llorar.La culpa que había estado llevando durante años se había levantado y sentí que finalmente podía respirar de nuevo. Nunc
Punto de vista de Sofía:Habían pasado unas semanas y ahora era febrero. Estábamos de vuelta en casa. Volví a la escuela de enfermería y finalmente fue el fin de semana.Estaba hablando con Ice. Nos habíamos acercado bastante en las pocas semanas. -No Ice, no puedes... -me reí. -Acabo de hacer -levantó las cejas después de ponerse una de las camisas de Andrew. -Te va a matar -murmuré, sacudiendo la cabeza. -Lo que llevas puesto es su camiseta, ¿por qué no puedo hacerlo yo? -Ice me miró en broma. -Porque realmente
-Oye Sof, soy Raúl.No había oído su voz en tanto tiempo. Parecían años desde la última vez que hablé con él. -Hola Raúl -murmuré en voz baja. No sé cómo me siento cuando me llama, espera... ¿cómo consiguió mi número? Joder, estamos en la mafia, todo es posible. -¿Cómo estás? -su voz sonaba fuerte y segura. Me había olvidado por completo de que se hiciera cargo de la mafia de mi padre.-Bien -mi voz croó. Estaba al borde de las lágrimas, lista para llorar hasta que Andrew entró y me perdonó. -Te llamo para invitarte a ti y a Andrew a cenar mañana por l
-Un bate de béisbol -murmuró Andrew, con los ojos cerrados.-Mantente despierto, todavía no sé si tienes una conmoción cerebral -le advertí mientras hablaba con un tono suave; me estaba rompiendo el corazón. Podía sentir que la preocupación empezaba a acumularse en mi pecho. Mis ojos se mojaron mientras presionaba suavemente la tela contra su clavícula, ganándome un silbido.Toda la casa estaba en silencio y todavía, excepto Ice, que hacía ruido desde el interior de la sala de estar. Se me escapó una lágrima del ojo al ver herido a Andrew. Vi cómo sus ojos agotados se elevaban a los míos cuando me oyó olfatear. Tomó su mano y limpió la lágrima que se deslizaba lentamente por mi mejilla. <
Andrew nos llevó a mi antigua casa.Su mano derecha agarró el volante mientras su izquierda descansaba sobre mi muslo. -¿Estás seguro de que estás bien para verlos? -Andrew cuestiona con un tono preocupante. -Sí, por supuesto, estoy bien -asintió. Dejó un suspiro de frustración-. Prométeme que no serás grosero.Tomé su mano y la puse en la mía; encajaron como dos piezas de un rompecabezas. -No puedo prometer nada -murmuró al pensar en mis hermanos. Hice pucheros, tratando de dar mis mejores ojos de cachorro. Su ceño fruncido se debilitó, pero todavía estaba enfadado-. Odio lo que no hicieron -dijo-. Pero no los mataré, si eso es lo que te preocupa -puso los ojos en blanco.
-Así que princesa, ¿cómo has estado? -preguntó mi madre, cortando su bistec.-Bien, Andrew me ha cuidado mucho -me senté torpemente, hablando con un tono tranquilo. Es algo en esta casa que siempre me hace estar tensa y sagrada. Probablemente en los años de abuso constante y continuo, sentí que mi corazón iba a abrir mi pecho debido a lo duro que estaba en el estanque.Andrew miró en mi dirección antes de que sus ojos volvieran a su plato. -Gracias Andrew por cuidar a su hija, significó mucho -sonrió mi madre después de limpiarse la boca con una servilleta. Vi aparecer una expresión confusa en la cara de Andrew, se preguntaba por qué hablaban en tiempo pasado. Raúl estaba sentado en el asiento de mi padre, nunca me di cuenta de lo mucho que se parecía a él. Ten
Su respiración era inestable y estaba más que agotado, pero aún así tenía la energía para estar enfadado conmigo.-Ibas a irte a casa -me quitó el brazo del hombro, rechazando mi ayuda. Nos paramos delante del coche afuera. -No sé qué iba a hacer -respondí honestamente, no quería mentirle. -Vinimos aquí para que pudieras dejarme después de que me dijeras que me querías -Andrew sonaba herido... muy herido-. Después de decirte que te amaba.Había una tensión en su voz. -No puedes culparme por querer ver si mi familia había cambiado -agité la cabeza.
Me senté al borde de mi cama, sosteniendo mi teléfono en la mano, contemplando llamarlo primero. Nunca quise dejarlo, no así de todos modos, solo quería ver cómo sería mi vida si mi padre no estuviera en ella. Lo que se sentía al no temer cada minuto de estar en esa casa. Pero supongo que me dio algo de claridad.Que mis hermanos fueron criados para ser exactamente como mi padre, pero todos son versiones diferentes. Stefano es la fuerza, Raúl es la crueldad, Diego es el ingenuo, Javi es el tranquilo y Marco es el paranoico. Todos tienen rasgos que le quitaron a mi padre, lo sepan o no.No debería tener que disculparme por querer irme a casa, pero lo haré si detiene nuestras peleas y discusiones, me disculparé cada vez si es necesario porque lo amo, y él me ama. Está herido