Capítulo 4

Gemí mientras escuchaba mi alarma. Poco a poco me levanté y me puse algo de ropa para ir a clases.

Bajé las escaleras y vi un bolso negro y materiales escolares sobre la mesa. ¿Quién consiguió estas cosas para mí? Podría haber usado mis materiales antiguos, pero estoy agradecida, la verdad. Mi propio padre se negó a comprar nuevos materiales cada año, así que he estado usando las mismas cosas desde que tengo memoria; excepto los bolígrafos, siempre tengo que reemplazarlos, ya que parecen desaparecer. Me senté en la mesa mientras miraba dentro del bolso.

-Espero que te sirvan las cosas -dijo Denice, apareciendo de la nada y casi asustándome.

-Sí, es genial, gracias -hablé aturdida, pero tan educada como pude mientras descansaba la cabeza sobre la mesa. Al final me di cuenta de la hora y de que tenía que irme.

-Que tengas un buen día -Denice sonrió calurosamente mientras saludaba. Saludé en respuesta antes de irme con un "Tú también".

¿Cómo se pudo casar una mujer tan amable con ese tipo de hombre?

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Llegué a las clases después de una caminata decentemente larga.

Paseé hacia los casilleros antes de ser cegada por un par de manos.

-¿Adivina quién? -la persona se rió malvadamente.

-Mmm, no tengo ni idea -respondí sarcásticamente, sabiendo exactamente quién era.

-Es tu mejor amiga -me descubrió los ojos.

-Hola Olivia -dije antes de abrazarla.

-Hola querida -me animó, envolviéndome con los brazos.

-Ha sido un fin de semana loco -murmuré, apoyando la cabeza sobre su hombro.

-Ya me lo contarás en el almuerzo -dijo felizmente, mientras caminábamos lentamente a clase.

Deambulamos por los pasillos, hablando de cualquier cosa y de todo cuando Olivia me susurró algo.

-Blake te está observando.

-No, no es verdad -susurré mientras entraba un poco en pánico antes de echar un vistazo en la dirección de Blake y casi hacer contacto visual con él.

-Lo hace de manera tan obvia -murmuró Olivia, sacudiendo la cabeza decepcionada.

-Está bien, no es como si fuera a hablarme -me dije a mí misma, necia.

-Sofía -me interrumpió Blake, que se había acercado a Olivia y a mí mientras susurrábamos.

Blake solía ser uno de mis mejores amigos cuando era niño. Se fue durante unos años y regresó solo este año, con un aspecto muy diferente a cuando se fue. Ya no era escuálido; aparentemente era el capitán del equipo de fútbol. Era alto y musculoso, con el pelo negro grueso y sedoso, con ojos marrones oscuros. Salió de Asia cuando era niño con su familia y terminó viviendo al otro lado de mi casa. De repente tuve un nuevo amigo después de eso.

"Sofía" Escuché una voz profunda llamarme. Suspiré vacilante mientras miraba a Olivia sonriendo.

-Hola -sonreí mientras me daba la vuelta.

-Oye -Blake sonrió feliz-. Sé que realmente no hemos hablado desde que volví, pero me preguntaba si querías venir a mi partido esta noche -parecía bastante esperanzado.

No quería decepcionarlo, parecía feliz.

-Está bien -respondí con una cálida sonrisa.

-Genial, nos vemos entonces -sonrió antes de irse con sus amigos del pasillo.

Los escuché a todos animar mientras Blake sonreía como un idiota.

-Le gustas mucho, y es muy atractivo -Olivia me empujó, tratando de persuadirme.

-Él no sería capaz de manejar mi estilo de vida -respondí mientras la fantasía de tener una vida normal se desvanecía rápidamente.

-No puedes apartar a todos los chicos porque tienes miedo de lastimarte, solo por favor, inténtalo por mí -hizo pucheros mientras me suplicaba.

-Bien -agité la cabeza mientras sonreía. Si a Andrew se le permitió estar con otras chicas, ¿por qué no puedo estar yo con otros chicos?

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-Voy contigo al campo, por supuesto que tengo que ver jugar a mi bebé -murmuró Olivia mientras aparecía de la nada. Estaba hablando de su novio Ryder.

-Eres tan comprensivo Ryder -me burlé de ella mientras entramos por las puertas de la escuela. Nos sentamos en las gradas.

-Sí, Díaz, he oído que estás aquí por Blake -bromeó Ryder mientras picoteaba a Olivia en los labios.

-Sí, dije que vendría a verlo jugar -me encogí de hombros descuidadamente.

-Está muy emocionado -sonrió Ryder levantando la ceja.

Rodé los ojos mientras me reía.

-Buena suerte, cariño -gritó Olivia. Ryder le dio un beso mientras corría de vuelta al campo. A veces me dan ganas de vomitar.

Era medio tiempo y estaba hablando con Olivia.

-¿Has venido? -Blake me sonrió y se acercó a las gradas.

-Sí, pensé en comprobarte -asintió mirándome fijamente.

-Me alegro, tengo que volver al campo, hablaremos después -sonrió antes de correr hacia Ryder, que ya estaba en posición.

-Ya está enamorado de ti -se rió Olivia emocionada.

De repente, mi teléfono se inundó de mensajes.

"¿Dónde estás?"

"Ven a casa ahora"

"La escuela terminó hace una hora"

"Date prisa, joder"

"Eso es todo, voy a buscarte"

¿Por qué solo estaba recibiendo estos ahora?

"M****a", agarré frenéticamente mi bolso de debajo de nuestro asiento. Entonces lo vi, Andrew. Caminó hacia las gradas y podría haber jurado que vi fuego en sus ojos.

-M****a santa -la mandíbula de Olivia cayó al ver a Andrew.

-Sé que está enfadado, ahora cállate -le siseé a Olivia.

-¿Dónde coño estabas? -me gritó, llamando la atención de todos en la grada.

-Estaba aquí -pronuncié con miedo de hablar debido a lo enfadado que estaba.

Todo el equipo de fútbol dejó de jugar debido a la escena que Andrew estaba haciendo.

-Necesitamos llegar a casa... ahora -exigió con la voz llena de rabia mientras estaba de pie en el fondo de las gradas. Bajé hasta él. Caminé a su lado cuando nos fuimos.

-¿Sofía? -Blake me llamó. Vi cómo la cara de Ace se enfureció más de lo que ya estaba-. ¿A dónde vas? -me agarró del brazo. Me acobardé y me volví hacia Andrew, que ahora estaba centrado en Blake.

-¿Dije que podías tocarla? -Andrew le gruñó a Blake.

-No deberías tener que decir si puedo tocarla.

Andrew era más alto y musculoso que Blake.

-Blake, estoy bien, lo prometo -murmuré en silencio mientras estaba al lado de Andrew. Estaba orando a Jesús, con la esperanza de que Blake se diera la vuelta y se alejara, pero no lo hizo.

-Sal de aquí antes de que te arrepientas, no doy segundas oportunidades -le advirtió acercándose a él. 

-¿Y si yo... -Blake fue interrumpido por el puño de Andrew chocando con su mandíbula.

Volví a tropezar debido a la repentina ráfaga de ira de Andrew. Sin embargo, ¿fue realmente repentino?

Blake yacía en el suelo, en una neblina con sangre derramada de su boca. Me encogí ante la vista de Blake en el suelo, se estaba desvaneciendo dentro y fuera de la conciencia y apenas podía mantener los ojos abiertos. Un solo puñetazo de Andrew le causó mucho daño.

Miré conmocionada a Blake mientras todo el equipo de fútbol miraba con asombro.

-Joder -Andrew se quejó, sosteniéndose el puño. Se volvió hacia mí. Me acobardé, pensando que era la siguiente, pero no sentí nada. Andrew me miró de forma extraña-. Sube al puto coche -se quejó brutalmente, obviamente no estaba de humor para nadie más. Básicamente corrí hacia el coche.

Me senté en el asiento delantero con Andrew.

La limusina estaba en silencio.

-¿Por qué te protegiste de mi? -la profunda voz de Andrew me cuestionó. Le miré antes de llamar su atención en mis manos. Me impidió que mis manos se movieran de las suyas-. ¡Respondeme! -gritó; parecía que no se había calmado en absoluto.

-No hay razón -respondí sin tono mientras observaba su mano que todavía estaba sobre la mía. No dijo nada.

-Estás mintiendo -Finalmente habló-. Averiguaré qué te pasó -murmuró con un tono determinado.

-¿Por qué te importa? -Andrew me levantó la ceja. Levantó la mano en el aire para imitar golpearme y me acobardé de nuevo.

-Joder -me susurré a mí misma.

-Por eso -respondió con la cara disgustada; no estaba muy seguro de lo que le disgustaba.

-Déjalo estar, no es importante -murmuré, actuando descuidadamente mientras miraba por la ventana a los coches que pasaban.

-Deberías saber que si te vas a casar conmigo, no te voy a pegar -lo dijo como si lo hubiera estado aguantando desde nuestra conversación.

Sabía exactamente lo que me pasaba, solo quería oírme decirlo.

-Ahora estás enfadado, pero al final te enfadarás conmigo y luego te acostumbrarás -me encogí de hombros, sabiendo que repetiría el ciclo de mi padre y yo.

-No golpeo a las mujeres, especialmente a alguien que vaya a ser mi esposa -se aclaró la garganta, deteniendo el coche; apenas conocía a este tipo, y pensar que iba a ser mi marido.

No voy a confiar en su palabra. Tendrá que demostrarlo a través de sus acciones.

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