Harry vuelve a tomarme del cabello, del que tira de mí hasta ponerme de rodillas en la arena nuevamente, pare luego, con su mano en mi espalda, presionar para que me incline, hasta que siento cómo la humedad me corre resbalando suavemente por mis muslos.

- ¡Dios! Puedo ver desde aquí perfectamente cómo tus fluidos brillas bajo los rayos del sol, eres una chica muy traviesa

Al escuchar sus palabras no puedo evitar sonreírme maliciosamente. Arqueo mi espalda todo lo que soy capaz de hacerlo para que mi trasero se vea lo más atractivo posible.

No estoy mirando, pero sé que se están despojando de sus shorts de baño por el sonido de las telas.

De repente, siento las manos de uno de los dos agarrándome por las caderas y sumergiéndose en mí de un solo movimiento haciendo que un pequeño grito se escape de mi boca.

No quiero girar mi cabeza para mirar, todavía no, quiero ver si soy capaz de darme cuenta quién es y si no, sorprenderme.

El suspenso me pone aún más y siento mis piernas cuando