Lucca se retira de la oficina de Abi completamente consternado. No puede creer lo que estos años han hecho con ella. Esta tan bella, con esos ojos verdes que lo dejaron impactado, recupero su increíble figura, ya que había subido de peso mientras estaban casados, pero ahora está más bella que nunca.

Sube a su auto y se dirige al hotel donde se está hospedando, con Marco, su hijo, quien al verlo corre a abrazarlo y le da un beso tierno en la mejilla.

—¡Hola papá te extrañe mucho!— Lucca no puede creer como cambió todo desde que ese niño llegó a su vida. Marcó le trajo paz, alegría, y sobretodo amor. Él es un niño tan dulce que jamás se hubiese merecido tener una madre como Juliet que siempre lo desprecio por ser un niño un poco enfermo. Su asma, a pesar de estar controlada, era una carga para ella, por eso no le importo dejarlo abandonado cuando se fue con su amante.

—Hola mi amor ¿como estas? — le pregunta con dulzura al niño.

—Muy bien papii estuve jugando a los video juegos con el