Estamos desayunando y salimos a dar un paseo, me siento como si estuviera flotando en vez de caminar, no sé si eso en realidad se puede, en eso llegó Fabián con dos barquillas heladas, estaba demasiado acalorada.

Fabián entrega la barquilla y se sienta al lado de ella, contemplarla y se dice para sí mismo, por qué no la conocí antes, fuera compartido con ella mis mejores años en vez de perder el tiempo con una mujerzuela como Luisana que solo quería era ropa y dinero.

Rouss chasquea los dedos y le dice hey esposo mío, estás ido, el helado, te dejo pensativo, me cuentas que te ha robado de mi lado.

Fabián salió de su trance y le regaló una sonrisa, le dijo, es que eres tan hermosa que me he perdido en tu mirada y en tu cuerpo, Rouss espero que a menudo creas en mí, que si en algún momento de nuestro camino viene alguien a querer separarnos creas en mí.

Rouss Responde claro que si esposo mío, como no voy a creer en ti, espero que esto que está creciendo, sea siempre puro, limpio y libre