Samantha sabía que no podía defraudar a esa chica, no era tanto por el dinero sino porque en otro sitio no encontraría la ropa que ella confeccionaba, justo por eso era que había querido ser diseñadora.

_ Puede ser que perdiera la vista pero no la cordura, tengo un compromiso y si ustedes no me quieren llevar pues esta bien sin embargo eso no quiere decir que no vaya a ir a la boutique, soy perfectamente capaz de tomar un taxi que me llevé a mi negocio.

Samantha simplemente tomó sus cosas y caminó con un poco de dificultad al sitio donde sabía que los taxis se detenían, en el momento que le hizo parada a uno fue capaz de escuchar que se detuvo entonces iba a subir sin embargo fue empujada por una mujer, lo sabía gracias a la contextura de su mano y también por el perfume que usaba.

_ Lo siento gorda, tengo demasiada prisa por ir a un sitio muy importante y no creo que tu desayuno coma todo lo que pueda sea más esencial que lo mío.

Samantha iba a caer pero fue sostenida por un hombre,