Mientras que Lauren surgía de las cenizas, a Franco le pasaba todo lo contrario, a pesar de que estaba planeando su boda con Catherine, la felicidad no hacía parte de su vida, él vivía amargado, siempre de mal humor.

_!Mi amor! Ya llegaron las invitaciones para nuestra boda_ Le dice emocionada Catherine entrando al estudio con ellas en las manos.

Pero Franco ni siquiera la miró, él seguía con su mirada fija hacia el jardín, con una copa de whisky en las manos.

_Amor, te estoy hablando, Ya llegaron las invitaciones de nuestra boda, mira qué hermosas,a Débora le parecen espectaculares, ella me acompañó a recogerlas, llegó esta mañana a la ciudad, tú sabes, ella viaja mucho y...._ ¡¿Franco me estás escuchando?!_Dice ella enojada.

Él reacciona y volteando le dice:

_No estoy de humor para ver invitaciones, te dije que fueras tú la que te encargarás de todo, yo no tengo tiempo para esas cosas.

_Es que nunca tienes tiempo, ¿Franco me puedes decir que te pasa?_ Le reclama ella.

_Catherine n