Tenía un solo día para solucionar lo de Sandrine, así que me asegure de que su esposo no estuviera ejerciendo hoy como policía, esto dificultaba aún más mi trabajo, tampoco quería que estuviera con los niños, no quería que ellos presenciaran más violencia de la que ya habían visto en el lapso de su vida, pero ellos al igual que la pobre Sandrine tenían derecho a una mejor vida, que todos los obstáculos que su padre les estaba poniendo se fueran lejos y definitivamente.Tomé mi auto y salí directo a la casa de Sandrine, hacia un día frio y a pesar de que había empezado maravillosamente con el paso del tiempo se estaba convirtiendo en un día oscuro y triste, me entristecía la idea de ver mal a esa pobre mujer, no solo a ella a toda que por cualquier razón había sido víctima de la desagradable sociedad, en especial de aquellos que un día juraron frente a un altar amarlas y respetarlas por toda la eternidad.Por eso mi concepto del amor era diferente, no me iba a enamorar nunca, no me veí
PRESENTEMe siento indefensa en este sitio, lamento sentirme así, es un sentimiento que nunca me había poseído, “la indefensión”, siempre creí que podría defenderme de absolutamente todo lo que me rodeaba, mi corazón durante mucho tiempo estuvo blindado hacia el amor, siempre pensé que enamorarse no estaba en mis planes, formar una familia, tener hijos, una casa y un esposo amoroso era algo que estaba muy lejos de mis pensamientos, yo siempre quise ser esa mujer ruda de la cual otras mujeres se sentían orgullosas por haberlas ayudado con algo en su vida.En esta cárcel no hablo con muchas personas, unas me tienen miedo y otras simplemente me aborrecen, la razón ni la entiendo, me considero una buena mujer, claro si se le puede llamar buena a una justiciera.Camino por el patio, enciendo un cigarrillo, las mangas de mi uniforme me quedan largas así que cubro mis manos del frio, miro a todas a mi alrededor… Me miran como si estuvieran viendo a un mismísimo fantasma, me muerdo mi labio i
Ya siento que te quieroSolo trabajaba tres días a la semana con Phillipe y eso era lo mejor, si con pocos días trabajando con él ya deseaba que me llevara a la cama, viéndolo más tiempo juraría que le pediría matrimonio, la situación se complicaba, solo deseaba desde el fondo de mi corazón que el me hiciera algo verdaderamente horrible para que me dieran unos deseos inmensos de matarlo, así como a mis víctimas.Llevaba muchos días sin actualizar mi diario, y esa noche después del trabajo decidí plasmar cada uno de mis sentimientos, si no lo hacía así iba a explotar y muy posiblemente Katty podría enterarse de todo lo que estaba pasando conmigo, solo ese libro era mi único testigo, en el estaban plasmados todos mis secretos desde que era una niña, escribirle era como confesar cada uno de mis pecados, recibiendo así la absolución que mi alma necesitaba.Caí rendida y ansiosa, moría de ganas por ver a mi señor después de la llamada, quería saber en qué territorio estaba explorando.La n
Phillippe realmente me hacía mucha falta, extrañaba ese hombre que escondía maravillas detrás de esos ojos verdes, no parecía ser un hombre malvado como los de esa organización y eso me aterraba, la idea que tenía que asesinarlo me ponía la piel de gallina, me encantaba realmente, estaba extasiada por los sentimientos que había hacia él y aún no había pasado nada, pero me remordía la conciencia recordar mi “misión”, una que yo no quise aceptar y fui obligada por un hombre malvado y sin sentimientos, nunca entendí porque el destino se encargaba de hacer mi vida más difícil.Por ahora me iba a encargar del obsceno esposo de Diana, que voy a hacer contigo, debo hacer que mueras sin despertar ninguna sospecha, ya no puedo matarte de dos tiros, porque sería muy similar a la muerte de los otros malvados esposos, ¡ah ya se!, esta noche seré una hermosa prostituta del lugar que frecuentas.Me encargare de que te quedes en este lugar por siempre… tomo una sensual ropa que tengo en mi armario q
PRESENTE EN LA CARCEL No siento orgullo porque mujeres como yo me sientan miedo, me siento más bien agobiada, tengo tantos sentimientos encontrados, todo se ha vuelto un tormento para mí, no saber de mi hermana, no poder salir de aquí, no saber de él, siempre quise saber los motivos del porque lo hizo, no era necesario, no puedo juzgarlo. Yo lo iba a matar, eso me pone realmente triste. Se acerca el domingo, día de visita, mi amiga Katty viene a visitarme, desde que entre a la cárcel no la he visto, eso me emociona, pero al mismo tiempo me quiebra, mi amiga no tenía idea de todas las malas cosas que yo hacía y ahora carga con una culpa que no debe. Dia de visita - ¡NENA! ¡oh, mi Dios!, te he extrañado mucho- Katty corre hacia mi y me abraza fundiéndose en llanto … que culpable me siento -Hola bebe ¿Cómo estás? - Le digo respondiendo a su abrazo -Mal nena, mal ¿Cómo quieres que este?, esto es lo peor que me ha podido pasar en la vida, no soporto la idea de que estes aquí, pero lo
Es martes muy temprano, estaba hecha un manojo de nervios, pensar en Phillippe me pone ansiosa, de verdad que el me gusta mucho, y ¿a quién no?, es encantador, es guapo, no es perverso, además es un caballero, tenía los ojos más hermosos que en mi vida había podido ver y de verdad que lo deseaba.Por estos días se me había olvidado realmente la misión que tenía para la vida de Phillippe, o más bien para acabar con ella, me daría el tiempo de conocerlo para actuar, por ahora lo disfrutaría al fin y al cabo esa era parte del plan.Saco el mejor vestido que tengo en el armario, un recuerdo de mi hermana bella, un seductor vestido rojo sin mangas, con un escote pronunciado, de minifalda que apenas tapaba mis nalgas, unas hermosas medias veladas color piel, y por su puesto unos altísimos tacones negros, mi cabello ese día iba semi ondulado, caía sobre mis hombros y mi maquillaje fue suave. Aplique mucho de mi perfume de flores, el favorito de Phillippe, tomo mi bolso de mano, con mi arma d
Después de mi encuentro con Phillippe me siento vacía, moría por terminar en su cama, en las sillas de su sala de estar, en su escritorio, en el piso o en donde fuera, si el tenía buenas intenciones conmigo no íbamos a tener tiempo de consumarlas, ya casi se completa un mes de los seis que tengo como plazo para acabar con su vida y el solamente se mete más en mi corazón.Al siguiente día en mi consultorio tengo mucho trabajo acumulado y ni cuenta me había dado, necesitaba relajarme del estrés que me provocaba la situación con mi señor, así que el trabajo en el consultorio me relajaría.Llamo a mi secretaria y me pasa la agenda de hoy…Mi primera cita es Rebeca, una chica muy joven, viene a denunciar abuso y maltrato físico y psicológico, viene a denunciar a su propio padre…-Buenos días, Rebeca, mucho gusto soy Lizzie Brings ¿en qué puedo ayudarte?-Hola, soy Rebeca, tengo dieciocho años, vengo a que me ayude a denunciar a mi padre, Rafael Parker.-Cuéntame tu historia Rebeca, yo esto
Regreso a casa inmediatamente después de la llamada de Katty, llevo en mis brazos a mi pequeñita, es tan tenue y tierna, siento que desde que no tengo a mis padres es el regalo mas hermoso que alguien pudo haberme dado.- ¿Te acompaño a resolver tu problema Lizz?- pregunta Phillippe cuando me deja en la puerta de la casa-No, esta bien yo puedo sola con esto, además no es nada grave- no iba a permitir que el entrara, Ferdinand estaba presente, seria algo incómodo para mí.-Esta bien Lizz entiendo, nos vemos mañana, o pasado, cuídense mucho- Phillippe se acerca y su respiración esta cerca de mi boca, como nunca me da un apasionado beso, que me hubiera gustado quedarme más tiempo con él.Salgo de su auto y corro a abrir la puerta de mi casa, casi muero de la impresión cuando vi a Rebeca en ese estado.Estaba sentada en una de las sillas del comedor, despeinada, con su cara bastante golpeada, asumiendo yo que fue su papa el autor de esos golpes, estaba con un pantalón negro y un saco gri