Abro mis ojos lentamente, pero tengo que volver a cerrarlos ya que el rayo de luz que se cuela por las ventanas me hace arder la vista, desatando mi dolor de cabeza.

Hace más de un año que no tomaba y había olvidado como se sentía la resaca, cubro mi rostro con mi antebrazo y de pronto escucho que hablan.

- Tienes que tomar esas pastillas - es la voz de Zach, según yo viene del sillón cerca a la ventana.

- ¿Cómo es que estas despierto? - pregunto y a regañadientes tengo que sentarme en la cama, no quiero abrir mis ojos, pero así lo hago encontrándome a Zach con una botella de agua en la mano y su celular.

- Bueno... yo no me emborraché y me quedé despierta hasta las cuatro de la madrugada discutiendo con mi ex -

- ¿Ehh? - cubro mis oídos por el ruido que hace al hablar.

- ¿No te acuerdas de nada? - niego y procedo a tomar las pastillas que están en la mesa de noche, creo que es un ibuprofeno y una aspirina.

- Matt... - dice y enarco una ceja confundida.

No me digan que lo llamé borrac