Capítulo583
Ximena sintió que su corazón latía con fuerza ante las palabras de Simona.

¿Acaso Alejandro había notado algo?

No, no podía ser...

¡No podía dejar que él supiera la verdad! No podía permitir que él les arrebatara la custodia de los niños.

Con esa determinación en mente, Ximena regresó directamente a casa, esperando a que Alejandro trajera a los niños de vuelta.

Mientras tanto, en otro lugar cercano...

Alejandro aún tenía una reunión por la tarde, por lo que tuvo que llevar a los niños de regreso a Villa Rivera.

Cuando llegaron a la villa, otro auto acababa de detenerse en el patio de la casa de Ximena. Era Samuel.

Al verlo, la expresión de Alejandro se oscureció gradualmente.

El conductor abrió la puerta del auto para Alejandro, quien bajó con los dos niños.

Samuel, que estaba en el patio, volteó la cabeza hacia ellos al notar su presencia.

Cuando Liliana lo llamó suavemente, “papi Samuel...”, Alejandro se sintió aún más incómodo.

¿Cómo podía su propia hija llamar “papi” a otra persona
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