Capítulo321
Después de disculparse, Mario se dio la vuelta y se fue, caminando con las piernas entreabiertas debido al dolor, y se dirigió a su habitación.

Ximena apartó la mirada y agradeció a Renata:

—Gracias.

Renata levantó el puño y dijo:

—Xime, no tengas miedo. Mañana tú ve a trabajar, yo me encargaré de vigilarlos.

Ximena asintió sin decir mucho y luego se dirigió hacia Liliana.

Al ver a su hija con los ojos hinchados de llorar, Ximena la abrazó con ternura.

La doctora Cubillos informó:

—No hay ningún otro problema, solo que a Liliana le han arrancado bastante pelo.

Ximena se sintió abrumada por el dolor y acarició la cabeza de Liliana, diciendo:

—Mi amor, mamá no te protegió lo suficiente.

Liliana enterró su rostro en el regazo de Ximena y agarró fuertemente su ropa con sus pequeñas manos.

—Mamá... no quiero ver a ese hombre malo. Quiero que se vaya, lo odio.

Liliana lloraba convulsivamente y Ximena, luchando contra la ira, la consoló:

—Está bien, mamá promete que en los próximos días
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