Capítulo1229
Aunque Alejandro había reducido gradualmente la velocidad, Ximena aún no se recuperaba del susto.

Al notar de reojo el mal semblante de Ximena, Alejandro se detuvo lentamente a un lado del camino.

Después de frenar, miró a Ximena con preocupación reflejada en sus atractivos rasgos.

—¿Te asustaste?

Alejandro quiso levantar la mano para tomar la temblorosa mano de Ximena.

Pero al recordar que ella aún no sabía que él había recuperado la memoria, se contuvo y retiró la mano.

Con un zumbido en los oídos, Ximena giró rígidamente la cabeza para encontrarse con la mirada profunda del hombre.

Abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera decir algo, un guardaespaldas se acercó rápidamente al auto.

El guardaespaldas golpeó la ventanilla y Alejandro apartó la mirada para bajar el vidrio.

Guardaespaldas:

—Señor Alejandro, Samuel escapó. De los treinta guardaespaldas, tres lograron huir y el resto fueron neutralizados.

—Entendido—respondió Alejandro. —Dile a Dolores que ordene buscar el ra
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