Capítulo1220
Esta vez venía con las manos vacías.

Ximena dejó el pincel y se levantó.

—Entendido, bajaré a ver qué pasa.

Al bajar, Ximena entró en la sala de estar y vio a Samuel mirando su teléfono mientras la esperaba. Se acercó y preguntó:

—¿A qué has venido?

Samuel dejó el teléfono y levantó la mirada, con una sonrisa en su rostro amable.

—Xime, ¿tienes tiempo esta noche?

Ximena rechazó rápidamente.

—¡No tengo!

—No te apresures a responder—dijo Samuel. —Quiero llevarte a un lugar.

Ximena frunció el ceño con disgusto. —Sabes que no iré a ningún lado contigo. ¿De qué sirve que insistas?

—¿Y si te digo que si vienes conmigo, te enterarás de algunas cosas?—preguntó Samuel sonriendo.

Ximena lo miró perpleja.

—¿Qué cosas? ¿No sería mejor que me lo digas directamente?

—Necesitas ir personalmente a ese lugar. Que yo te lo diga no significaría nada—explicó Samuel. —Pero puedo asegurarte que te interesará mucho. También puedo concederte un deseo: si vienes conmigo, liberaré a Damián. ¿Qué te parece?

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