Capítulo1196
Alejandro no sabía cómo responder a las palabras de Liliana. Cada vez que pensaba en la desaparición de Ximena, sentía un dolor indescriptible en su corazón. Buscó su teléfono y llamó a los guardaespaldas de inmediato, organizando que se enviara personal al pueblo donde vivía Zacarías para investigar la situación.

Al mismo tiempo, dejó a personas vigilando a Liliana en la habitación y se dirigió allí mismo. Después de hacer los arreglos necesarios, Alejandro se acercó a Liliana, se agachó frente a ella y tomó sus pequeñas manos con suavidad. Con la voz ronca, dijo:

—Voy a asegurarme de traer de vuelta a tu mamá y a Zacarías.

Liliana apartó la mirada, negándose a ver a Alejandro. Con un suspiro, Alejandro soltó las manos de Liliana, se puso de pie y salió de la habitación.

Una hora después, Alejandro y los guardaespaldas llegaron al pueblo. El cielo estaba oscuro y seguía lloviendo, aunque no tan intensamente como la noche anterior. Al mirar, vio que todas las cosechas del pueblo estab
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