Capítulo1096
Después de decirlo, Liliana se preparó para salir del dormitorio con enojo. En el momento en que abrió la puerta, Nicolás relajó su expresión. —¿Cómo se llama?

Liliana se detuvo por un momento, luego regresó corriendo con una sonrisa radiante. —¡Jaja, se llama José Serrano!

—¿De la Gran Escuela de Teatro, verdad?

—¡Sí sí sí! ¡Gracias por tu ayuda, hermano!

Viendo la escena entre los dos, Leo se contuvo la risa. —¿Necesitas que rompa el firewall?

—¡Por supuesto!—dijo Nicolás. —Juntos serán más rápidos, para que el alboroto de este alborotador no sea demasiado ruidoso.

Liliana forzó una sonrisa rígida.

—¡Pequeñas molestias pueden evitar grandes problemas!

En menos de diez minutos, apareció la información de un hombre en la computadora de Nicolás. Liliana se paró de puntillas para ver la imagen del hombre, que coincidía con la descripción de Consuelo. El nombre en el campo de información también era exactamente el mismo.

—Necesito encontrar a esta persona—, preguntó Nicolás desconcertado:
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