Capítulo 208
A los 26 años, David había sufrido todo el daño que me causó. El dolor en su corazón era aún más profundo. No sabía cómo verme a la cara. Pero, al final, tenía que hacerlo. No podía seguir huyendo después de haberme hecho tanto daño.

Como David quería hablar conmigo a solas, Miguel me avisó que él estaba en la habitación de al lado y que solo tenía que llamarlo si lo necesitaba, antes de salir. Esa frase de Miguel hizo que David no pudiera evitar sonreír con amargura.

—Esmeralda, ¿ya no confías en mí ni un poquito?

Me di cuenta de que David pensaba que estar a solas con él me haría más daño. Yo no dije nada, mi silencio hablaba fuerte y claro.

—Yo no quiero que me pongan a dormir, me secuestren ni que me quiten la vida.

Los ojos de David se enrojecieron al instante.

—Esmeralda, En verdad lo siento… lo siento… lo siento mucho…

Lo interrumpí.

—Deja de decir lo siento. Tus disculpas no valen ni un ápice de escoria.

—Y si de verdad te sientes tan culpable, ¡pues divorciém
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