Suelto a Dylan y le digo que vayamos al gym y que ahí sería bueno discutir todo lo que él quiere saber o lo que él quiere hacer. Aunque me duela en la profundidad el corazón esta vez no estaré del lado de Liz porque no quiero otra separación entre Dylan y yo creo que ella tiene que hacerse responsable de sus actos y que aprenda que en este negocio las cosas son demasiadas diferentes a la que ella se imagina, todavía me cuesta procesar todo y entender la clase de persona que ella se volvió.
—No quiero que ella salga de aquí y tampoco mis hijos, ella tiene que responder por todo lo que hizo, no me importa si siento odio pero no permitiré que salga de aquí y que se vaya donde se le pegue la regalada gana, si yo decido separarme de ella y pensar en meter otra mujer en mi cama ella tiene que estar presente sin importar lo
Rafael toma mi quijada para profundizar más el beso e introduce su lengua para que ambas nos deleitamos de nuestro dulce sabor, siento como se acelera mi corazón y comienza a recorrer miles de sensaciones por todo mi cuerpo y una palpitación en mi vagina provocando que se humedezca, mmm…Un gemido de placer sale de mis labios, mi piel comenzó a erizarse al sentir una electricidad que recorre por mi columna dorsal, por falta de aire ambos nos separamos, abro lentamente mis ojos para penetrarse a la vista oscura de la lujuria de mi gran potro tatuado, muerdo mi labio inferior provocando el descontrol de mi amado y la gran erección que exige ser complacida, relamo mis labios al ver el gran bulto que sobresalta esa tela que impide que disfrute la gran escultura con el fin de saborearla y ser penetrada, mis ojos se iluminan más al ver que él se masaj
—Todo está bien Liz, él me dijo que mi familia está en peligro porque se fueron de la mansión y ahora hay muchas personas detrás de ellos con el fin de hacerme daño a mí y a Rafael, y sabes que no los odio y que tampoco deseo que le pase nada —llevo mis dedos a sus mejillas y quito las lágrimas derramadas y estrujo en mis brazos, le acarició su espalda y en un susurro le digo que todo estará bien y que no debe de qué preocuparse, ya que para eso nos tiene a nosotros, de un momento a otro se me vino el pensamiento de que he dejado plantados a sus hijos en el comedor y le digo a Samantha que si me acompaña a la cocina para preparar algo y que le juro por mi vida que su familia estará sana y salva.Rafael.Prometo que esta calentura me la pagaras Samantha, no puedes calentarme y de un
Me despego de ella para ver esos ojos oscuro y ardientes, creo que esa es la señal para dar el siguiente paso, ella se muerde el labio y yo le reprendo que no lo haga porque eso me provoca cada vez más, nuevamente nuestras lenguas se vuelven a unir, la pasión y el ardor estallan en los dos, sabe divina, ardiente, sexi y su aroma, mmm…De un momento a otro mi instinto animal sale a relucir, ya que es totalmente poseído, sin pensar más de pronto la cojo de los brazos ambos encaminamos hacia atrás de ella con el único fin de topar con la pared, la acorralo y sigo besando sus labios carnosos y deliciosos, luego su cuello.La tomó del pelo con fuerza haciendo que salga un fuerte gemido de sus labios, llevo ambas manos debajo de su vestido para llegar a sus grandes y riquísimas pompas, al sen
—Adrián, quiero que te contactes con el mejor equipo y quiero que hackees toda la información de infeliz que quiere negociar con nosotros, tenemos que ir preparados y desde hoy en adelante les dejo este trabajo a las personas especializadas en todo lo que tiene que ver en negociación —noto un poco de incomodidad en Dylan, ya que él sabe que estoy mandando una directa porque no tengo que andarme con rodeos.—Los dejo solos, voy a estar unos minutos con los niños y después que Rafael resuelva la situación que tiene con su esposa nuevamente nos volveremos a reunir —Dylan se va y me deja sola en compañía de mi hermano, tengo años de conocerlo y sé que él está arrepentido de lo mal que me ha tratado, ya le dije que si él quiere que dejó todo yo lo hago y todo por el bien de nuestro ma
Por unos minutos nos despegamos dejando nuestras respiraciones aceleradas y nuestras miradas llena de pasión y deseo, él me susurra que lo siga y yo como toda una niña buena lo sigo, cada paso que doy es una tortura porque siento que mis piernas se mueven como gelatina, no puedo evitar sentirme decía, pero a la vez débil porque mi humedad y mis palpitaciones no me dejan concentrarme y tomar todo el control, el maldito autocontrol me ha dejado para irse con el deseo, sin más que esperar él se detiene en la entrada del baño y me dice que me quede quieta y que si yo quiero entrar tengo que llegar un sinnúmero de requisitos y mi subconsciente deseosos dice ¡qué! A la mierda los requisitos, yo quiero follar y no parar hasta que esta maldita sed se sacia.Él se acerca para exigirles a sus dedos que me desabroche el pantal&oa
Llevo más de una maldita hora esperando que los reyes aparezcan, sé que estoy paranoico, pero tengo justificación de estarlo y si no encuentro la solución es probable que estalle, camino de un lado otro y creo que de tanto caminar ya le hice un hueco al piso, Adrián no dice nada y es mejor que este así porque calladito se ve más bonito, froto ambas manos para después pasarla por todo el cabello, no soporto estar un minuto aquí, no puedo permitir que los minutos pasen y que mi mujer este cada vez en peligro.—Ahora me puedes decir que es lo que ha pasado y quien era la persona que está detrás de todo el infierno desatado —diría más que infierno, tenían que llegar a esta hora, mientras ustedes se estaban divirtiendo yo estoy aquí muriendo de preocupación. Rafael.—Que tiene ella que no tenga yo, porque la elegiste a ella —ah, perdido el control, esta loca y está perdiendo el control—, porque no te quedaste conmigo, yo te amaba te amo Rafael, y ella, jamás te dará lo que yo siempre te di—esta mujer sí que me sorprende cada vez más, cómo es posible que se haya vuelto loca, la suelto y camino de un lado a otro pensando que es lo que tengo que hacer en estos momentos, será posible que merezca la muerte.—Qué es lo que quieres Estela —Dylan se acerca y se pone frente a Estela, me quedo quieto y observa con demasiada determinación lo que ella llegue hablar.—Es más que obvio que los quiero muertos menos a Rafael, principalmente quiero muerta a esa tal Samantha y a la traidora de Liz &Capítulo 67
—No creo Samantha porque estoy muy segura —wau, me sorprende la fe que tiene en mí,—Te quedará en este país definitivamente Liz —ella niega y con una tristeza en sus ojos me ve.—Lo siento mucho Samantha, por lo que me acabo de enterar pronto me tendré que ir con mis hijos y esposo a nuestro país —su mirada se entristece y su voz se debilita—, no te preocupes porque existen los móviles y de vez en cuando vendré a verte, lo bueno que quedara en buenas manos y lo primordial es que tendrás más privacidad para todo picarona —que ocurrencia dice Liz, pero esas mismas ocurrencias me hicieron sonrojarse.—Comprendo todo Liz y olvida lo de la privacidad porque eso no viene al caso de la c