Hay muchos mafiosos, todos estamos sentados con un vaso de whisky en la mano y con las mujeres de entretenimiento, está organización está casi al nivel de la organización de Dylan o eso es lo que ha hecho pensar, Dylan es mi apoyo aquí ante todos estos hombres italianos, estamos en Sicilia donde se generó los primeros mafiosos, el clan de Dominik se encarga de la creación y la transportación de la mercancía, de la estafa, robo y tenemos los mejores sicarios para exterminar todo lo que nos estorbe a nuestro paso.
—Así que tú piensas ser el nuevo gobernante de esta organización.
—Así es, sé que la muerte de Dominik es una gran pérdida para toda la organización
Estamos en la entrada del camino que nos conducirá a nuestro refugio, saco mi China Lake, es una escopeta lanza granada, con ella puedo derribar estas garrapatas, ellos tienen que aprender que conmigo nadie se mete y si ellos me estaban buscando entonces me encontraran, ya es tiempo de dar la señal, cuenta regresiva de diez segundo saldremos de aquí, Juan acelera hasta el tope para que tengamos una buena distancia y así nosotros no seamos perjudicados con la explosión de los vehículos, Rafael sigue disparando para distraerlos un poco y así me da chance de hacer y lograr mi cometido, jalo el gatillo y no perdemos tiempo en salir del auto y de pronto un estruendo nos hace caer y perder un poco la audición, por el momento todo está saliendo como yo lo esperaba, los primeros vehículos sé tumbaron, luego explotaron y unos cuantos pobladores que están cerca fueron perjudicad
—No hay un pronto Esperanza, ya demasiado he sido tolerante contigo, pero ahorita se acabó mi paciencia —le advertí que se me había acabado la paciencia y ahora que se atenga a las consecuencias, con mis manos la tomó y la jalo del pelo, de que ella me dirá qué es lo que está pasando me lo tendrá que decir y no importa lo duro que sea, pero de que se lo saco a punta de golpes se lo saco, en mi puta vida jamás he sido agresiva, pero ella está acabando con mi cordura y mi paciencia.—Suéltame perra, Samantha estoy embarazada, me estás lastimando.—Me dices que es lo que está pasando y te dejo en paz, pero no me pidas que te deje así por así, te recuerdo que tú comenzaste a provocarme. —Calmado italiano, aquí nosotros no somos tus enemigos y es mejor que te socialices con nosotros —Dylan muy enojado, hasta puedo decir que se le resaltan las venas de tanto enojo y comprendo por qué estos italianos son una grano en el trasero.—Tranquilo Ruso, no queremos aquí desmadres y rivalidades, acuérdate que somos familia y la familia está de por medio.—Rafael es de la familia así que desde este momento quiero respeto hacia él —waooo… No pensé que Dylan me defendería y menos cuando ambos hemos estado mal—, sé que quieren a mi mujer, pero entiende en tu puta cabeza que ella es mía y no de ustedes, para la dirección de la organización lo pensaré, pero por el momento lo más recomendable es que Rafael estéCapítulo 34
—Te dije que soy capaz de hacer todo lo que tú me pidas, ¡créeme!, pero déjala y no le hagas daño —corro donde Samantha, la tomó de la cintura impidiéndole el paso, no quiero que siga provocando a Dylan, entiendo lo que dice Dylan porque yo mismo lo he hecho, todos saben como terminan los sapos que delatan y si le perdonamos la vida sería quebrantar una de muchas reglas que tenemos, maldita sea todo esto, quisiera quitarle todo lo que siente Samantha, pero tiene que entender que por culpa de su hermana nosotros casi nos atrapan o en este momento estuviéramos muertos.—Calma Samantha no lo provoques y mejor guarda silencio —le hablé acerca de su oído.—Samantha has algo, no te quedes ahí mirando como me matan —y la otra no aprende también
—Claro que sabemos, lo que hizo fue evitar que Liz sepa quién nos delató y que les cuente a los italianos o que ella misma la mate.—Rafael, de Samantha todo me puedo esperar, pero de ti no, como se te ocurre qué le diría a Liz quien fue, pero ahora que no me dejaste hablar con ella verás como sospechará o averiguara.—No creo, Liz no es de ese tipo de personas —Rafael habla como si la conociera y conviviera con ella toda la vida.—No la conoces, desde que se murió Dominik y desde ahora que cejas es su sombra, ella ha cambiado mucho —tanto odio de venganza y dolor pueden hacer cambiar a una persona buena.—Tienes razón, pero puedes hacer algo, intenta hablar nuevamente con e
—Jefe ya lo estaba esperando, los padres de la joven Samantha se han puesto muy renegados y tiene mucho odio con respecto a la señorita por lo que le está pasando a la hermana traidora.—Con que en esas andamos, llévame donde están ellos y ahora me escucharán, ellos aprenderán que con Samantha nadie se mete —Juan me lleva a la entrada principal de la casa y es ahí donde había dejado a Samantha, será que se están haciendo los machitos y no quisieron moverse, ahora si me escucharan.—Aquí están Jefe —los padres de Samantha se levanta de las sillas que están en la entrada de la puerta.—Quienes se creen para tratar mal a mi mujer, ustedes son unos malagradecidos porque su hija lo único q
—Eso no vale para mí, yo quiero hechos mocosa no me interesa tus malditas promesas, a mí no me vas a engatusar con tus alimañas porque yo soy peor que tú y eso que no sabes de dónde provengo y de lo que puedo ser capaz, mocosa hay cosas que no se perdonan y tampoco se olvidan —mis palabras crecen y cada vez se vuelven crudas y secas para ella.—Tengo presente que he hecho cosas inmadura y egoístas, sé que todo lo que he hecho es simplemente para perjudicar únicamente a mi hermana —ah, eso de “sé” me causan náuseas—, sé todo lo que Samantha ha hecho por nosotros, la verdad no sé qué me pasa, desde que veo a Samantha deseo y anhelo todo lo que ella tiene, ella obtiene muchas cosas que cualqui
—Quiero explorar Juan y no quiero un no por respuesta, tú sabes que desde hoy seré un miembro más para esta organización, así que no quiero secretos y lo que Rafael pueda ver yo también puedo ver y si no me crees pregúntale a mi papá, sé tu secreto con mi papá y no te conviene que se sepa, así que lo daré por olvidado mientras que tú haces lo que yo te ordene.—No me amenaces que yo puedo hablar con tu papi y le puedo decir lo que estás insinuando —resopla—, no te conviene Dayron.—Llevemos la fiesta en paz Juan, nada te cuesta llevarme a conocer que es lo que hay detrás de esa puerta y te prometo que esto queda entre nosotros —de tanta insistencia y fastidio según él lo logré convencerlo, que fá