‘Una reina para el pueblo’, decía. Mi ceño se frunce aún más.‘¿Qué? ¿Qué es esto?’ Mis ojos se mueven un poco hacia abajo y parpadeo sorprendida al ver que reconozco el titular: el artículo está escrito por Tempest Bowers, la mujer que conocí anoche, cuyas hijas solo querían un poco de chocolate...
EllaPodemos ver las verdaderas consecuencias de la muerte de Xander a medida que pasan los siguientes días, que son... más estresantes de lo que me gustaría. Cora, por suerte, se queda a mi lado la mayor parte del tiempo, pues sabe que necesito su apoyo."Bueno", dice ella, recostada en la cama con
"Tuve suerte", murmuro, bajando la mirada a las mantas y suspirando, sintiéndome culpable."No la tuviste", dice Sinclair, dándome un codazo. Levanto la vista y frunzo el ceño. "Es cierto, Ella. La reina debe tener poder político y militar en la nación si el rey lo tiene, y nadie que entienda de ver
EllaLe arrebato la nota de la mano a mi pareja y le murmuro "no es mi príncipe", pero nadie me hace caso mientras abro el sobre y leo con impaciencia la breve carta que contiene. Cuando veo lo que pone, mis cejas se levantan."¿Qué dice?”, pregunta Cora, inclinándose hacia delante con impaciencia.
"Los pros y los contras", responde, y respira profundamente mi aroma, aparentemente saboreándolo, "de hacerlo pedazos por atreverse a pedirte una cita".Suelto una carcajada, ganándome una pequeña sonrisa de mi pareja. "Dominic", le digo, negando con la cabeza, "no es una cita..."."¿Entonces por qu
SinclairSalgo corriendo por el pasillo camino de la reunión, pero me alegra ver a Roger esperándome en la puerta, apoyado en la pared. Le hago un gesto con la cabeza, sin interrumpir mi marcha, y entonces él me sigue y entramos."Entonces, ¿qué trajiste?", pregunta Roger seriamente."¿Qué?”, pregun
Esto no solo sería estratégica y financieramente rentable para Atalaxia, sino que también sería un golpe ideológico. Muchos hombres poderosos de esa nación tienen unas ideas realmente horribles sobre el género y la humanidad; verían como una victoria muy personal venir a nuestra nación y enseñar a n
EllaDoy un respingo cuando Sinclair entra aporreando la puerta de nuestra habitación. Me giro con el bebé en brazos y abro mucho los ojos. Sinclair está muy alterado cuando cierra la puerta y sus ojos se clavan en mí, mirándome de arriba abajo."¿Por qué vas vestida así?", me pregunta con voz airad