Ella"¡Ella!", grita Cora cuando uno de los hombres se acerca a su lado del coche y empieza a golpear la ventanilla con una palanca. El cristal se rompe y empieza a caer dentro del coche. Pero no tengo tiempo de reaccionar: ya me estoy desabrochando el cinturón y lanzándome al asiento trasero hacia
"¡Ella!" Cora jadea desde el coche y yo me pongo en movimiento al instante, corriendo hacia ella. Abro de un tirón la puerta del conductor y casi estoy sollozando cuando la veo... sangre, tanta sangre, y mi hermana cubierta de ella... "¡Cora!", grito, tratando de alcanzarla, pero se aleja de mí y,
Sinclair"Tenemos que llegar hasta ellas", gruñe Roger, acercándose a una ventana y con la intención de romperla en pedazos, lo sé, pero le agarro del brazo y le hago retroceder. "Los sacerdotes no son tan estúpidos, Roger", digo apretando los dientes. "Si pueden hacer desaparecer la puerta, pueden
EllaAtravieso a trompicones las puertas de la clínica con inmensa dificultad: Cora apoyada pesadamente y gimiendo a mi lado, y el portabebés de Rafe rebotando contra mi otro. Los ojos de la gente se abren de par en par al vernos, pero enseguida se apartan de nuestro camino para hacernos espacio, g
Hank vuelve a respirar hondo y se pasa la palma de la mano por la cara, atando cabos. Luego se aparta de mí y grita algo a las enfermeras para que traigan un ecógrafo de inmediato. Se gira hacia mí de nuevo. "¿Sabes de cuánto está?", me pregunta seriamente y veo que reprime sus emociones por la not
EllaCaigo un poco aturdida mientras veo a Hank trabajar, mientras sostengo a mi bebé dormido en mis brazos. No es que no esté prestando atención, es solo que... Realmente no entiendo lo que están haciendo o diciendo, así que para mí todo es un trabajo repetitivo y silencioso.Presto atención, por s
Asiento con entusiasmo a Hank y luego llevo a Rafe a la pequeña computadora en la esquina, donde abro un navegador web y empiezo a buscar la información de contacto del templo en el centro de nuestra ciudad, saltando al infierno que las sacerdotisas allí pueden hacer algo para ayudar.______________
EllaRafe y yo estamos de pie detrás del mostrador, mirando hacia la puerta principal de la clínica, esperando a que llegue la Sacerdotisa. Me muevo ansiosamente de un pie a otro y Rafe refunfuña y llora ansiosamente en mis brazos, probablemente captando mis emociones.“Está bien, pequeño”, murmuro,