Ella"Ha pasado demasiado tiempo", murmuro, entrelazando los dedos con los ojos fijos en la dura puerta de hierro del búnker. Tengo una mano en el pequeño portabebés de Rafe, que duerme plácidamente junto a las dos incómodas sillas que Cora y yo arrastramos por el pasillo, queriendo estar lo más cerca posible de la entrada para recibir noticias en cuanto lleguen. "Ella", me llama Cora entre dientes. "Tienes que dejar de decir eso. Me estás volviendo loca". "No soy yo la que te está volviendo loca ", respondo molesta. "Son nuestras parejas idiotas, que insistieron en irse de aquí hace cuatro horas y no han llamado ni una sola vez para avisarnos de que están bien...". Pero entonces, como si mis palabras fueran mágicas, la puerta se abre de golpe y Cora y yo nos levantamos de un salto de nuestros asientos. Suelto un grito ahogado, casi rompo en llanto cuando veo que la primera figura que cruza la puerta es mi pareja. Me lanzo hacia Sinclair, con la intención de envolverlo en mis
CoraPasan horas y horas hasta que por fin tengo un momento para dar un paso atrás y respirar. Apenas lo hago, siento que me dan vueltas en la cabeza, así que retrocedo un paso o dos. Roger viene a mí al instante, apoyándome con la mano en mi espalda. "Cora", me llama, jalándome hacia él y levantá
CoraRoger suelta una pequeña risa seca y sarcástica. "¿Celos? ¿Celos? Cora, esto no tiene nada que ver con los celos…"."¿Entonces qué es?", pregunto, confundida. "Sinceramente, Roger... si no son celos, entonces, ¿cuál sería tu razón para no querer que Hank esté aquí para sustituirme y tratar a es
Y apoyo la cabeza en el hombro de mi pobre pareja herido y dejo que me lleve a nuestra habitación. Ahora, a la fría luz de la mañana, me despierto antes que Sinclair y me tomo un momento para echarle un vistazo mientras duerme. Las quemaduras de su cuerpo se limitaban sobre todo a la piel que no es
EllaSoy la última en llegar a la sala de conferencias por cosas del bebé, pero cuando atravieso la puerta me sorprende mucho ver que hoy solo está reunida la familia."¿Dónde están los demás?", pregunto, acercando a Rafe a mi pecho para que mire por encima de mi hombro. Es un bebé muy curioso, le g
"Así es", confirma Henry, atrayendo mis ojos hacia él. "Pero el amo", digo, y mientras hablo sé que debería callarme y escuchar, pero no puedo evitarlo. "¿Se refería... se refería el sacerdote al Dios de la Oscuridad?". "Ahí es donde se complica la cosa", dice Henry con cuidado, hablando despacio
Ella"¿Du… duque?", tartamudeo, completamente abrumada por la información, con los ojos desorbitados. "¿Hay duques? ¿Y yo tenía... tengo un tío?". "Lo siento", dice Henry. Puedo ver la culpa escrita en su cara. "Lo pasé por alto. Sinceramente, hace años que nadie sabe nada de él y, teniendo en cuen
"Un plan más largo", susurro, sentándome de nuevo contra mi silla. "Para... reclamar el trono. Para mantenerlo... en la línea de su familia". Y mis ojos vuelven a Rafe, que arrulla suavemente en brazos de su padre. Mi bebé, el nieto de un Rey. El sobrino de un Duque que, tal vez, siempre quiso est