EllaEl resto de la velada transcurrió sin más sobresaltos, pero en lo que a mí respecta, la noche me pareció una decepción. La procesión por el casco antiguo de la ciudad habría sido mágica en cualquier otro momento, con las tradiciones, la música y la alegría palpable de todos los que nos rodeaban. Si hubiera sido capaz de concentrarme en otra cosa que no fueran mis pensamientos, estoy segura de que me habría enamorado de la ocasión, pero no fui capaz de prestar a los acontecimientos la atenc
No creo que nadie nunca me haya felicitado de esta manera. Puede que Cora, pero es tan buena como mi hermana: ella tiene que amarme. Pero estoy segura de que ningún otro hombre me ha elogiado nunca por cosas así, ni ha mencionado mis atributos positivos más allá de mi belleza. Ni siquiera es la primera vez que Sinclair me habla así, haciéndome sentir valorada por la persona que soy y no por la buena apariencia que me ha tocado en suerte. Siento como si me viera de verdad y que me cuelguen si eso
EllaMi mente se queda en blanco al principio. Sinclair está demasiado cerca de la verdad, de darse cuenta que no soy tan inmune a él como a cualquiera de nosotros nos gustaría creer. La voz en mi cabeza está entrando en pánico, pero trato de mantener la compostura. Orando por calma, respiro hondo, y recuerdo la habilidad para hablar al exhalar. “Porque se supone que debemos estar juntos en esto, y tú jugaste conmigo”. Mumuro, diciendo la verdad, pero no toda la verdad. No le puedo admitir qu
“Entonces”, sus labios rosados forman una “o” perfecta mientras trata de pensar en esta idea, “si una loba hace algo con lo que su pareja no está de acuerdo, ¿simplemente la abusan?”. “Claro que no”. Le explico, jalando a Ella a mi regazo. “Solo los hombres débiles hacen valer su autoridad a través de la violencia o el maltrato. Ese no es nuestro camino”. “Pero tú dijiste”-“Consecuencias, no abuso”. Corrijo suavemente. “¿Qué tipo de consecuencias?” Ella pregunta, un pequeño surco aparece
SinclairAl último segundo, Ella parece darse cuenta de lo que está haciendo y comienza a retroceder. Desafortunadamente para ella, el olor de su excitación está llenando el pequeño espacio donde estamos confinados, y el deseo en sus ojos es tan fuerte que no puedo contenerme. La agarro por la nuca antes de que pueda apartarse de mí y atrapo sus labios con un rápido movimiento.Ella ofrece un pequeño gemido y luego se deja caer en mis brazos, me rodea el cuello con los brazos y presiona su sua
“Lo siento”. Ella finalmente confiesa, pareciendo realmente perdida ahora. “No solo por el mordisco… por todo. No sé qué me pasó”. “No tienes que disculparte”. Le contesto. “Me gusta besarte”. “Pero no es…”. Ella sacude la cabeza. “No quiero eso”. Ella insiste, mirándome fijamente. “Gracias por detenerme, yo no… Nunca he perdido el control de esa manera. Hice tanto alboroto para que no difumináramos las líneas de nuestra relación y luego me lancé así sobre ti… Realmente no sé cómo sucedió”.
Ella“Te ves radiante”. El padre de Sinclair me sonríe desde su silla de ruedas, “¿cómo te trata mi nieto?”. “Ah, ciertamente está haciendo notar su presencia”. Me río y deslizo los brazos por las mangas del abrigo. Sinclair me sujeta la prenda, luego me la endereza alrededor de los hombros como si estuviera preocupado que no me abrigara lo suficiente. Ha estado especialmente nervioso esta noche y, aunque entiendo su agitación, empiezo a cansarme de que me trate como una muñeca de porcelana.
La fiesta se celebra con la Feria de Medio Invierno como telón de fondo, y aunque me gustaría tener tiempo para explorar el carnaval, cuando llegamos los periodistas y fotógrafos nos rodean en cuanto salimos del auto. Sinclair les gruñe en señal de advertencia cuando se acercan demasiado a mí, y aunque retroceden, se mantienen persistentes en sus peticiones de preguntas y fotos. Así que nos dirigimos directamente al banquete, ansiosos por cruzar las cuerdas de terciopelo que impiden el paso de l