Capítulo 54
Ella

He estado mirando ávidamente el reloj desde que volví a casa. Ni Hugo ni ninguno de los guardias dijeron una palabra sobre mi ausencia, pero sí me quitaron inmediatamente las bolsas de compra de los brazos, insistiendo en que no debía hacer ningún trabajo pesado. Después fui directamente a la cocina, con la esperanza de poder terminar mi sorpresa antes de que Sinclair llegara a casa, y contrarrestar así parte de su disgusto por haberme escapado.

En mi defensa no fue realmente escabullirme
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