No voy a ceder

Mariana

A pesar de sentirme lo suficientemente bien como para trabajar, pasé algunos días en casa, descansando.

No quería que ninguna de mis clientas me viera con el rostro en ese estado, y menos aún tener que explicar a todos el motivo del hematoma alrededor de mi ojo.

Peor aún, no deseaba de ninguna manera que alguien pudiera concluir que fue resultado de violencia y, sin conocer la verdad, pudiera salir a esparcir mentiras.

Fue solo cuando el hematoma desapareció por completo de mi rostro que regresé al trabajo, del cual ya estaba sintiendo mucha nostalgia. Cuando me encontré con Virginia mucho antes de lo que solíamos hacer nuestro cambio de turno, ya que no soportaba quedarme en casa pensando tonterías.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP