Extraña Calma

Virginia

A pesar de no querer que Murilo estuviera cerca de esa perversa Bruna, no me sentía bien y no quería entorpecer su trabajo. Al fin y al cabo, a pesar de estar en una casa en la playa con una vista hermosa y un paisaje paradisíaco, este seguía siendo un evento de la empresa y él necesitaba estar al frente.

Insistí en que debía bajar y recibir a sus empleados personalmente, lo cual finalmente hizo, aunque se quejó. Ahora, Mariana y yo estábamos en la habitación de Murilo eligiendo la ropa que usaría para enfrentar el nido de serpientes que ya se había formado en la casa.

"No puedo creer que el primo de Murilo haya sido capaz de traer a esa actriz pervertida a un evento profesional", se quejó Mariana por décima vez en los

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