Book 2: 62

—Aliyah —gritó Irene, corriendo hacia el pasillo y detrás de ella estaba un confundido Rasmus. Todos se dieron vuelta al entrar y ella corrió rápidamente hacia Aliyah, que se estaba levantando para recibirla. —Edward... —llamó, su voz parecía fallar porque seguía abriendo y cerrando la boca, pero no salía nada excepto Edward.

—No, tengo que irme —dijo Rasmus, finalmente sospechando lo que podría estar pasando, pero cuando llegó a la puerta, se detuvo y luego se volvió hacia Alan—. ¿Puedo tomar prestado un auto?

—Puedes tomar prestado el mío —dijo Sean y salió frente a la puerta—. Voy contigo.

Aliyah soltó la mano de Irene y corrió hacia ellos. —¿Qué tan rápido puedes conducir? —le preguntó a Rasmus.

—Muy rápido —respondió él y ella salió corriendo de la sala de conferencias, seguida por Steven y Sean. Unos segundos después, un auto se detuvo frente al pasillo y la puerta del pasajero se abrió. Con velocidad, Rasmus se apresuró y entró al auto en un segundo. El cambio de asiento no
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