Capítulo 336
Al ver la mirada gélida de Tadeo y sin alegría en su rostro, Matilda se puso nerviosa.

—¿No estás contento?

Tadeo hizo una mueca y giró la cabeza para mirarla, —¿Crees que debería estar feliz?

Antes de que Matilda pudiera decir nada, Tadeo continuó, —Pediré cita con un médico para que abortes.

La cara de Matilda palideció y miró a Tadeo sorprendida, —Es tu hijo, ¿cómo puedes ser tan cruel?

—Si das a luz a este niño tan precipitadamente, sólo sufrirá cuando se entere en el futuro.

Matilda se tapó inconscientemente la barriga, dio un paso atrás, miró a Tadeo y le dijo: —Me temo que no depende de ti decidir si te quedas con este niño o no.

—¿Qué quieres decir?

—Antes de decírtelo, ya le había dado la noticia a Josefina.

De repente, Tadeo se enfadó y miró a Matilde como si se la quisiera comer.

—Matilda, ¡te atreves a ponerme una trampa!

Matilda levantó las cejas, sonrió fríamente y dijo palabra por palabra: —Si no hubieras elegido entrar en esa habitación, esto no habría pasado. ¿No me te
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