Capítulo 276
Tras un momento de silencio, Manuel se decidió por fin.

—¡Bueno, hago lo que digas!

Enrique sonrió torvamente y dijo despacio: —Hermano, tienes que darte prisa, si no, no será bueno encontrar una oportunidad tan buena.

—Lo sé.

Al colgar, Enrique dejó el teléfono con odio en los ojos.

Si Natalie no le hubiera perjudicado los beneficios, no habría querido matarla de esa manera, ¡y era culpa suya!

A las tres de la tarde, Ruyman irrumpió aterrorizado en el despacho de Natalie.

—Señorita López, hay un loco abajo, en el vestíbulo, con una bolsa de dinamita atada al cuerpo. Dice que quiere verla.

Natalie se levantó de un salto y salió por la puerta. ¿Has averiguado quién es?

—Señorita López, es peligroso que baje ahora, he llamado a la policía. ¡Esperemos a la policía!

Natalie frunció el ceño. —No, será demasiado tarde cuando la policía llegue. ¿Y la recepcionista?

—Secuestró a la recepcionista...

Natalie se puso furiosa y dijo con voz fría: —¡Por qué no lo dijiste!

—No tenía tiempo.

—De acue
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