Capítulo 1218
Guido, por supuesto, no iba a permitir que le golpeara otra vez y la agarró con facilidad de las muñecas, inmovilizándola contra el cristal del coche.

—¿Por qué estás enfadada? ¿He dicho algo malo?

Nora lo miró fríamente, —Guido, es tu hermano. No habría muerto si no te hubiera protegido. No sólo no le aprecias, sino que incluso le insultas. ¡No mereces ser un ser humano!

—¡Él lo hizo por voluntad propia, yo nunca le rogué que me salvara!

Al escuchar su tono frío, como si hablara de alguien que no tenía nada que ver con él, Nora se sintió desesperada, y le daba pena por Álvaro.

—¡Si no fuera porque te salvó, querría matarte!

Guido bajó la cabeza hasta el oído de ella y le dijo despacio: —Qué pena que no puedas matarme, te he complacido en la cama, ¿no?

—¡Imbécil!

Los ojos de Nora casi escupían fuego, mientras lo miraba como si quisiera matarlo.

Guido se rio y la soltó.

—Para que no le hagas daño a bebé, voy a buscar a alguien que te vigile, y más vale que no me hagas enfadar, o la que
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