Capítulo 110
—Digo la verdad, sabes que nunca miento.

Elián la fulminó con la mirada, —Me mientes todos los días, si no tuvieras que volver a curarle la pierna a Leonardo, ¿habrías vuelto?

Natalie escupió la lengua, —¡Tenía miedo de volver porque no heredé sus virtudes!

—¡Ya lo sabes! Entonces, ¿cuándo vas a volver a heredarlas?

Natalie: —...

—Maestro, no hablemos de cosas desgraciadas. ¿Qué cenamos esta noche?

—¡Nosotros comeremos estofado de pollo con setas de montaña, tú verduras!

—¡No querrás que coma sólo verduras!

—¡Deja las tonterías y enciende el fuego!

—¡Ya voy!

Al ver Natalie irse feliz a la cocina, Elián suspiró y miró a Fermín: —¿Cómo está la niña?

Cuando su familia llegó hacía siete años, Natalie estaba aprendiendo medicina con Elián, era la más talentosa y trabajadora de todos los discípulos de Elián, y como era la menor, todos la mimaban.

Fermín susurró: —Creo que no va muy bien, y ahora ni siquiera está tan sonriente como antes.

Elián gruñó y dijo fríamente: —No hay gente buena en l
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