¿Díganme como va quedando? Muchas gracias por leer esta historia y les pido que la compartan y la recomienden eso me ayudaría muchísimo por favor.
Llegué a la empresa pero todavía no he subido a mi oficina ya que mi jefe me envió un mensaje que por cierto fue muy temprano diciendo que lo esperé a la entrada de la empresa y eso hago.—Buenos días bonita—saluda Eduardo llegando hacia mí y nuestros labios se unen en un magnífico beso.—¿Qué has hecho?—le pregunté alejándome un poco de él.—Hice lo más normal, besé los labios de mi mujer—responde con un índice de su sonrisa.Eduardo lleva su mano a mi cuello y me acerca más a su cuerpo para de nuevo besar mis labios de forma lenta y tierna.—No lo vuelvas hacer—susurré avergonzada y tratando de esconder mi rostro.—¿Qué has dicho?—preguntó, pero estoy segura que escucho perfectamente—. Hablaremos en la oficina, mientras vamos a entrar juntos a la empresa—ordena y toma rápidamente mi mano para prácticamente arrastrarme al interior de la empresa.Mientras caminamos agarrados de las manos varias personas se nos quedan viendo y empiezan a murmurar entre ellos. Trato de quitar mis manos d
Hace treinta minutos llegamos a una lujosa suite dónde se hará la sesión de fotos y veo tantas cosas cómo maquillajes, cámaras, vestuario que de sólo de verlos me causan nervios.—Así estás perfecta, un maquillaje simple nada llamativo—dice Miguel mirándome sobre el espejo.—Ya estoy lista ¿Vamos a empezar?—le pregunté un poquito ansiosa.—Espera, falta el fotógrafo que contraté si hubiera sabido que carece de puntualidad pues no lo hago—gruñe con molestia—. Pero tú tranquila no quiero que estropees el maquillaje—ordena llegando por todos los lados.—Tranquila estoy, el que no parece tranquilo eres tú. Cálmate que te puede dar un colapso—bromeó arreglando un fleco de cabello.Tocan el timbre y para la suerte de Miguel tiene que ser el dichoso fotografo.—¡Llegó quién faltaba!—grité sin voltearme a ver.—Vanesa ven, deja que los presente—comentó Miguel del otro lado de la grande suite.Respiro profundo y voy en marcha hacia él. Abro los ojos más de la cuenta cuando llego a ver quién es
—¿Me vas a explicar cómo ese llegó aquí?—me preguntó lo más lejos de mí. —No sabía que él era el fotógrafo, me di cuenta cuando estaba en la puerta—dije diciendo la verdad porque era así. Eduardo asiente y cruza sus brazos. —Me tienes que creer por favor. No podía hacer nada más, Miguel y él tenían un contrato no podía intervenir con eso—explique respirando profundo. —Obviamente te creo a ti pero no a ese estúpido—murmuró pasando su mirada por todo mi cuerpo—. ¿Y esa camisa? ¿Y delante de él?—pregunta directamente. —Miguel quería hacer un concepto parecido al eslogan y me pareció una buena idea—comenté levantando mis hombros a modo de restarle importancia. Eduardo asiente sin decir nada más y juro que cuando se pone en ese plan me dan unas ganas... De todo. —¿Sabes qué fue lo primero que vi cuando entre por esa puerta?—me pregunta señalando en la dirección por dónde había entrado a la habitación. —Supongo que a Javier—dije. —No, no menciones el nombre de ese idiota—murmuró—. P
Llego el viernes y admitir que he estado muy cansada con todo lo de las fotos, el asunto de Eduardo y Javier. No sé porque no entiende que no quiero nada con él ¿Es difícil de que una persona pueda entender eso? Está poniendo mi relación en aprietos y solo porque tiene una pequeña obsesión conmigo ni más ni menos.—¡Hey, Vane!—escucho que me llaman cuando estaba caminando para llegar a mi oficina.—¡Daniel! Tengo días sin verte ¿En qué estás?—le pregunté dándole un abrazo.—Perdóname es que tengo mucho trabajo hermosa...—se disculpa con una enorme sonrisa.Y siempre sonriendo es que todo de él es contagioso.—¿Y cómo vas con Eduardo? ¿No te molesta que te pregunte cierto?—preguntó en un susurro y mirando para todos los lados.—No, para nada. Estoy muy feliz Daniel, la verdad es que nunca me imaginé que estando con Eduardo iba a encontrar esa paz y esa plenitud que tanto buscaba en estos últimos años—explique sonriente y diciendo la verdad.Lo más bonito es estar con una persona que te
—¿Estamos llegando?—pregunté muy emocionada.Eduardo y yo estamos de camino dónde está preparada la sorpresa y ambos estamos como que bien vestido. Yo traigo puesto un vestido de color negro un poco ajustado a mis caderas y con unas zapatillas de tacón alto roja y mi cabello en una coleta alta, Eduardo igualmente tiene un traje negro entero y se ve muy sexy el tipo. Agradecer infinitamente a mis amigas que me ayudaron a quedar más fabulosa de la cuenta porque ya lo soy ¿Ok?—Falta poco mi amor ¿Te he dicho lo preciosa que estás?—me pregunta sonriendo de lado. ¡Hay pero que seductor el hombre!—No, no lo había escuchado...—miento en su cara porque desde que me vio no ha dejado de alagar a esta preciosura de mujer, o sea yo.Eduardo asiente dizque muy sorprendido y siguiéndome completamente el juego.—Entonces te lo voy a repetir una segunda vez, estás hermosísima—murmuró suspirando—. Ven, ya llegamos pero necesito que te coloques esto—indicó ayudándome a bajar del auto.Se coloca detrás
Han pasado dos meses y mi relación con Eduardo está mucho mejor que antes, el padre de Eduardo se reincorporo a la empresa nuevamente después de unas vacaciones y lo mejor es que me he relacionado con las gemelas. Con la madre de Eduardo eso sí que es serio porque he llegado a pensar que no me quiere en la familia.No sé cómo pueden ser tan distintos, las hermanas, el padre y hasta el mismo Eduardo son un amor de persona pero la madre no tanto y no sé en realidad por qué pero sería bueno saberlo y lo voy hacer, algún día hablando directamente con ella.Algo que me pone muy contenta es que tengo a mis amigas muy cerca, aunque todas trabajen siempre nos estamos buscando y sacan de alguna manera lo mejor de mí, siempre quieren que yo sea mi mejor versión y eso lo valoro tanto.Y con Javier no sé cómo consiguió mi numero pero en varias ocasione me ha llamado para insinuarme muchas cosas, obviamente no le he dicho a Eduardo que él tiene mi numero porque la última vez me asusté muchísimo co
—¿¡Me dirás qué ustedes dos no tuvieron nada!?—volví a preguntarle a Eduardo que por lo visto trata de ignorar el tema.—¿Para qué quieres saber? Te dije anoche que eso no importa Vanesa de por Dios—responde sin ninguna pizca de paciencia.—¡Por lo visto para ti no importa pero para mí sí! —exclamé con un poco de enojo.Lo que pasó anoche en ese restaurante fue una de las noches más humillantes que tuve que pasar. Porque primero tuve que soportar a esas señoras que decían un sin números de cualidades que según ellas yo no tenía, además de que la madre de Eduardo se encargó de mantener a su hijo muy ocupado que apenas me hablaba en toda la noche y sin contar con que Marleny fue la anfitriona, obviamente eso me molestó un poco porque siento que la madre de Eduardo y Marleny hicieron todo a propósito para tratar de humillar a mi persona.—No sabes lo incomodo que fue anoche para mí y tú de seguro ni te diste cuenta porque estabas de aquí para allá con tú madre y Marleny—agregué respirand
Llegué a mi dulce hogar hace minutos porque antes tuve que ir a comprar algunas cosas que hacían falta en la casa y de paso compré una deliciosa pizza con bordes de queso y lo que no puede faltar es la coca cola, porque hambre si tengo. Y cuando estoy en esos días que pienso mucho las cosas pues más.Es que a veces pienso que tengo ansiedad cuando las situaciones no están tan bien cómo aparentan ser y hoy es uno de esos días.Nuestras mentes es capaz de pensar cualquier barbaridad en el momento que ocasiona nuestros nervios y es que todo del amor, la situación con Eduardo que supongo vamos bien, todas las parejas tienen sus diferencias y discusiones pero no paro de pensar que toda la tranquilidad que tenía con él se vuelva algo inquietante para mí.El que Eduardo y yo tengamos un pasado no tan bonito hace que algunas veces desconfíe de él y también de mi misma. Porque es que me han lastimado tanto que ya creo que no voy a poder aguantar otra más.Lo último que pase fue con Javier, le d