Al día siguiente, compré en Allegra. De tienda en tienda, me tenía en la búsqueda del vestido perfecto. El único problema era que quería volver al apartamento y esconderme detrás de las puertas cerradas.Ésta era la única parte de la ciudad que Tally frecuentaba a menudo.Boutiques de alta gama. Caf
—¿Qué opinas? ¿Debería conseguir este? Le pregunté, actuando como si Tally y Allison no estuvieran allí.—Creo que es perfecto para el viernes por la noche—, respondió Allegra mientras yo sonreía y me volvía hacia el camerino.—¿Viernes noche?— Allison espetó. —No vas a ir a la gala.... De ninguna m
Jaime.Cuando Allegra me llamó para decirme qué estaban haciendo Allison y Tally, no podía creerlo. Quiero decir, podía creerlo... pero no podía creer que un día no pudiera pasar sin que ellos causaran problemas.Tan pronto como regresé al auto después de manejar la situación, me dirigí a mi casa, p
Esta fue la razón por la que siempre mantuve las cosas en secreto.Sin embargo, con Becca... no pude.*****Beca.La conversación con James pesaba mucho en mi mente. No quería ser esa persona que siempre fuera negativa, pero la parte racional de mi mente me gritaba por ser absolutamente ridícula.—¿
Cuando James dijo que íbamos a una gala, me imaginé un hotel con un grupo de políticos. Sin embargo, cuando la limusina se detuvo frente al enorme edificio blanco que tanto me recordaba a la Casa Blanca, me quedé boquiabierto.—Mierda...— Jadeé, haciendo que James se riera.—Es lindo, ¿eh? Espera ha
Me alegré por la interrupción de James. Se lanzaban miradas curiosas hacia mí, y eso hizo más que incomodarme. Poco a poco estaba reconsiderando mi razón para estar aquí. Ésta no era mi gente.Afortunadamente, nadie continuó y James comenzó a guiarme lentamente hacia el salón de baile. Era hermoso,
Ver a Allegra fue un soplo de aire fresco. Los muros parecían cerrarme entre los miembros de la alta sociedad, que parecían juzgarme sin saber quién era. —Becca, ¿estás bien?Sacudiendo la cabeza, parpadeé para contener las lágrimas que amenazaban con acumularse y me reí, sacudiendo la cabeza. —Ya e
—Por supuesto que es. ¿Quién no vendría? Allison dijo por encima de mi hombro, y sin perder el ritmo, Allegra sonrió y la miró.—Oh mi palabra. Allison, viniste. Entonces, ¿asumo que tu hija también está aquí? Preguntó Allegra, manteniendo su sonrisa lo más dulce posible.Sin embargo, conocía este l