Guilherme Werkema

Nos fuimos de viaje, solo mi pelirroja y yo... Me encantaba viajar con ella aunque fuera por trabajo, que no importa mientras estés con mi amor, todo es motivo de felicidad. Puede que suene cursi, pero ¿qué puedo hacer? El amor me hace así, un romántico incurable, pero nunca dejaré de serlo así que no dejo de sorprender a mi pelirroja, que a diferencia de muchos, Letícia no es una cazafortunas, sino una mujer dulce, sensible y llorona.

Si llorona, mi hermosa llora por absolutamente todo, hace días terminamos peleando porque yo era controladora y celosa al extremo y ella estaba enojada por eso. ¿Y todo esto para qué? Por una falda diminuta y ceñida a su hermoso cuerpo que decidió ponerse y yo “amablemente” le pedí que se la quitara. Ella simplemente se asustó, comenzó a llorar y lo peor, cerró la puerta de su habitación impidiendo mi entrada.

Estaba tan nervioso que casi rompo la puerta tratando de abrirla. Y la gente seguía mirándome a la cara y riéndose. Me estoy vo