En la madrugada sentí que alguien se recostó a mi lado y pasó su brazo por mi cintura.

Desperté de golpe y volteé para ver a quien pertenecía el brazo y me encontré con Noah.

¿¡ENSERIO!? ¿¡QUÉ DEMONIOS LE PASA!?

¿Es que acaso es bipolar?

Sin ser dura y con el miedo de que se enoje otra vez a tal punto de que me asfixie, moví su brazo poco a poco tratando de ser escurridiza y pasar como mantequilla entre su cuerpo, pero  lo único que gané fue qué gruñera y me apretara aún más hacía su cuerpo, si eso era posible.

¡QUE ALGUIEN ME LO QUITE DE ENCIMA!

Además de que mi odio es claro hacía su persona, el perfume masculino tanto como de dama me estaba mareando y me hace tener unas náuseas horribles y no solo hablo de su perfume, sino de todos los perfumes en realidad.