Capítulo 131
Irene terminó de hablar y Robin soltó una risita burlona.

Era llena de desdén y sarcasmo.

—¿Crees realmente que tienes el derecho de negociar conmigo?

Irene levantó la mirada para encontrarse con la suya: —¿No dijo que podríamos hablar? Pensé que sí se podía.

La mirada de Robin se posó en el delicado lóbulo de su oreja.

A pesar de ser una mujer frágil, ella se atrevía a desafiarlo por algo tan trivial.

Un sentimiento de ira comenzó a surgir en su pecho.

Agarró la cintura de Irene y le mordió fuerte el lóbulo de la oreja.

Irene solo sintió un dolor agudo en la oreja.

Luego, la voz del hombre le llegó pegada a su oreja.

—¿Estás negociando esto porque aún quieres ayudar a ese tal Sergio?

Su voz llevaba un frío penetrante.

Irene sabía que él estaba enfadado.

Sin embargo, no lo negó.

De hecho, quería ayudar a Sergio.

No solo porque había prometido a Sergio y no quería retractarse.

Sino también por el dinero y por su propio negocio.

Dejando de lado el negocio, solo por el dinero, no podía ne
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