"Creo que así está bien, Grace. Ya te ves impresionante. Incluso cuando estabas tumbada en esa cama, inconsciente, seguías estando preciosa".Ella gimió y puso los ojos en blanco. "Ay, por favor, no me recuerdes esos días. Fue una locura ver mi cara así, estaba aterrada de que las cicatrices nunca desaparecieran".Me reí acercándome a ella mientras se ajustaba el vestido. La ayudé a ponerse el collar de esmeraldas que le había hecho. "Pues lo hicieron".Se detuvo y pareció congelarse durante unos segundos, luego gritó y me abrazó con fuerza. "¡Lo encontraste!"."Se lo arrebaté del cuello a esa bruja, lo llevaba puesto"."Tal vez, deberías haberla estrangulado con él", sugirió y ambos estallamos en una carcajada."Oh no, por favor", dije entre risas. "No quiero acabar en la cárcel como Richie. Seguro que su padre se aseguraría de que me pudriera en la cárcel"."Mark no lo permitiría". Meneó las cejas.Puse los ojos en blanco. "Oh, por favor, ése ya es cosa del pasado". Es curios
"Al principio pensé que estaban drogados con algo, para ser sincera", le di un sorbo a mi vino después de recomponerme, con los ojos fijos en ellos por encima del borde de mi copa de vino. "Pero si lo pienso mejor, solo están siendo los mismos tontos de siempre", dije bruscamente. Los miré a los dos. Habían dejado de reírse y nos miraban fijamente."Qué cómodo es para una perdedora llamar perdedores a los demás. Te hace sentir bien pensar que no eres la única perdedora, ¿verdad?". Los ojos de Sandra me habrían matado si las miradas mataran. "Bueno, para tu fácil comprensión, Sandra, nosotras no somos perdedoras, tú lo eres. Eres la mayor perdedora que he visto en toda mi vida. Quiero decir, solo una perdedora correría a casa, a tu edad, llorando para que sus padres limpien su desastre. ¿No es así, señorita Sandra?". Arqueé las cejas. "Vamos, deberías estar agradecida a tu padre diputado, realmente salvó tu lamentable culo".Aparté la vista de la aburrida visión de Sandra apretando lo
SEIS MESES DESPUÉS.Recogí las llaves del coche mientras hablaba al teléfono que tenía entre la oreja y el hombro. "Dile al piloto que vaya más despacio, aún estoy en casa".Grace se rio entre dientes. "¿Por qué no le doy el teléfono al piloto para que puedas hablar con él, tonta?".Me reí a carcajadas, casi dejando que el teléfono resbalara de mi hombro. "¡Mocosa! Espero que tu lengua no sea lo único que se afiló durante el viaje"."Ven a recogerme y lo descubrirás". Hubo una pausa.Pero podía escuchar las voces ahogadas de la gente en el fondo y la voz algo clara de alguien que daba instrucciones en voz baja. Debía de ser la azafata. "Por favor, cuelguen sus teléfonos y aseguren sus pertenencias, ya que aterrizaremos en los próximos minutos"."De acuerdo, tengo que irme", dijo finalmente Grace. "Estamos a punto de aterrizar". Luego, gruñó con una voz grave y severa. "¡No me hagas esperar, Sydney!"."Sí, señora", dije aunque la línea ya se había cortado.Guardé todo lo que pod
"Te ves bien, chica", le sonreí.Se sonrojó y volvió a abrazarme. "Oh, por favor", se apartó. "Tú tampoco te ves mal"."¡Sydney!".Grace y yo intercambiamos una mirada cuando escuchamos mi nombre y nos giramos en la dirección de la que provenía la voz.Levanté las cejas al ver a la gente que caminaba hacia nosotras. Sinceramente, eran las últimas personas con las que esperaba encontrarme: Mark y Bella. Qué sorpresa.Después de que Grace se marchara a París, me tocó a mí supervisar los asuntos de la empresa. Había estado tan ocupada haciendo las cosas bien y despojando a la empresa de todos los empleados que no querían su progreso, que ni siquiera tuve tiempo de pensar en Mark ni en Bella ni en nadie ni en nada que no fuera relevante para el crecimiento de la empresa.Incluso siempre que he estado en el Grupo GT, nunca me he cruzado con él. Ahora que lo pienso, me pregunto cómo ha podido ocurrir. Quiero decir que visité el Grupo GT varias veces y nunca nos cruzamos. ¿Podría haberm
PUNTO DE VISTA DE MARKÚltimamente, he estado muy inquieto, mi corazón no dejaba de dar saltos cada vez que me desviaba y recordaba aquella patada que sentí en la barriga de Bella. La mayoría de las veces, casi siempre era como si pudiese volver a sentir lo que había sentido en la palma de mi mano, como si estuviese reviviendo aquel momento. Era como un recordatorio diario de que pronto iba a ser padre. Iba a ser padre de un niño que no tenía ni idea de si quería. Una mujer por la que había empezado a tener sentimientos contradictorios iba a tener a mi hijo y no tenía ni idea de cómo lidiar con ello. Me sentía atrapado.Había pensado que amaba a Bella y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para estar con ella. Finalmente, podía estar con ella, pero ya no estaba seguro de amarla. Mi corazón ya no latía al verla o al ver su sonrisa. Ya no me sentía como en casa cuando ella estaba cerca de mí, sino que me sentía... sofocado y de repente no quería otra cosa que estar lejos de ella.E
Aquel día, mientras me vestía y me preparaba para ir a trabajar... mientras me dirigía al trabajo hasta sentarme en el asiento de mi oficina, me sentía inquieto por dentro.Así que cuando vino a verme, dos meses después, con una ecografía y se puso la mano en la barriga plana, con los ojos brillantes de una mezcla de esperanza, miedo y felicidad, no me había sorprendido realmente."Mark, estoy embarazada", me dijo con voz temblorosa, apenas por encima de un susurro.Me quedé sentado mirándola. Supongo que en el fondo ya sabía que estaba embarazada.Pero aun así reaccioné. Se me había ido la sangre de la cara al darme cuenta de que por fin había ocurrido lo que tanto temía. "¡Pero si recuerdo que te dije que tomaras la pastilla anticonceptiva!", solté furioso sin pensar ni tener en cuenta sus sentimientos.Como era de esperar, se le llenaron los ojos de lágrimas al mirarme. "Sí la tomé", le temblaba la voz. "Pero debió haber fallado. Fue un accidente, ¿de acuerdo? Yo tampoco espera
PUNTO DE VISTA DE SYDNEYCerré el portátil de golpe y algunos de los asistentes levantaron una ceja. Devolví la sonrisa y me giré hacia el presentador del día.El día había sido frenético desde que llegué por la mañana. Era un trabajo tras otro, una reunión tras otra.Acabábamos de terminar la primera sesión del seminario sobre diseño de joyas que se celebraba en nuestra empresa. Por suerte, había un breve descanso antes de la segunda sesión.Me dirigí a mi oficina, dejé el portátil sobre el escritorio y salí del complejo de edificios, agotada.¡Solo quería estar sola y respirar un poco de aire fresco después de estar encerrada en esa sala de conferencias durante horas!Me dirigí al café que había junto a las oficinas para tomar un café. El café era un lugar perfecto para esconderme y que ninguno de los otros empleados me viera e intentara entablar una conversación que no me interesaba.Después de pedir mi café, me senté en el extremo opuesto de la cafetería, justo al lado de la
"Levanto la voz porque tengo todo el derecho a hacerlo. ¡No permitiré que te cases con otro hombre mientras llevas a mi hijo en tu vientre!"."Eso es todo lo que haces, ¿sabes?", Bella frunció el ceño. "Hablas mucho. Hablas como si fueras a mover cielo y tierra y sin embargo no tienes recursos para cuidar de este hijo que dices que es tuyo".Mis cejas se alzaron y mis ojos se agrandaron. Vaya, ¿qué está pasando aquí? ¿No se suponía que Bella estaba embarazada de Mark? ¿Podría ser que Bella hubiera convertido a Mark en un cornudo? Me tapé la boca y reí ligeramente.Siguieron discutiendo, estaba segura de que sus voces llegaban a la mitad de los transeúntes y clientes de la cafetería.No quise seguir escuchando porque sabía que saber más de Bella siempre traía un sin fin de problemas, eso y nada más.Regresé a donde había estado sentada y me preparé para salir del café. Cuando me di la vuelta para marcharme, me di cuenta de que Bella y el hombre se habían acercado de algún modo a la