"Ya estoy aquí, abuela", sollocé."Gracias", susurró y cerró los ojos durante unos segundos. Estaba sufriendo mucho, pero no quería que lo viéramos.Me acarició el pelo y me sostuvo la mirada. Había una sonrisa triste y apenada en sus labios, "Sabes, siempre tuve la esperanza de que Mark y tú estuvieran casados por mucho tiempo... para siempre. Pero, por desgracia, él no te amaba. No te merece, así que no voy a rogarte que vuelvas con él, pero sí que estés siempre a su lado". Yo estaba apunto de decirle que incluso si estoy allí para él, Mark era demasiado orgulloso para mostrar cualquier debilidad y aceptar mi ayuda, pero ella me hizo callar."Entiendo que Mark puede ser muy autoritario y, podría decir, distante, pero créeme cuando te digo que se preocupa y necesita a alguien que se preocupe por él también. Nuestra familia puede parecer grande, pero cuando yo me vaya, Mark se quedará solo. Su madre, como sabes, es superficial e ignorante, y otros miembros de la familia le están ech
PUNTO DE VISTA DE SYDNEYLa abuela Doris sonrió a Mark y le dijo, "Gracias".Mark asintió, con los labios apretados. Luego la abuela se volvió hacia mí, "¿Dónde está Lucas? ¿Vino contigo?"."Sí", contesté rápidamente. Sé que Lucas también tenía ganas de verla. "Está esperando afuera"."Déjalo entrar, a mí también me gustaría verlo", balbuceó Doris débilmente.Me levanté y me dirigí a la puerta. Abrí la puerta y asomé la cabeza como había hecho cuando vine a llamar a Mark. Tenía los codos apoyados en la rodilla y la cabeza entre las manos. Me pregunto qué estará pensando."Hola, cariño", le dije suavemente y se levantó de un salto."Hola", dijo sin aliento y corrió hacia la puerta. "¿Cómo está?"."Bien", me encogí ligeramente de hombros, "Ella sigue aguantando". Luego le transmití el mensaje de la abuela, "Quiere verte".Lucas levantó las cejas y su boca formó una O como si no hubiera esperado que también lo llamaran.Abrí más la puerta y me aparté del umbral. "Vamos", dije y
Mientras los miraba y los escuchaba conversar, no pude evitar recordar lo que Lucas me había contado. Era una de esas noches en las que hablábamos de todo y de nada al azar después de hacer el amor. Le había dicho mientras me acurrucaba a su alrededor, con la cabeza cómodamente apoyada en su ancho pecho..."Dime algo que no sepa de tu pasado..."."Soy el hijo ilegítimo de Harry, el marido de Doris..."."Eso lo escuché como un tropecientas mil veces", lo interrumpí con un gemido y le dije bromeando. "Dime algo que no sepa". Se rio entre dientes ante lo que dije, lo que automáticamente me hizo sonreír."De acuerdo. Te diré algo que no sabes. Mi madre se llama Serafina", empezó, con voz sombría y la mano acariciándome el pelo distraídamente.Recuerdo cómo se me habían agudizado las orejas. Lucas siempre había evitado hablar de su madre."Harry había querido una mujer más joven, ya sabes, alguien que le hiciera sentir como en sus días de juventud otra vez. Mi madre resultó ser más de
"Oh, lo siento", murmuré, ligeramente avergonzada y me alejé arrastrando los pies.Cambió el gotero de Doris, le tomó la temperatura y todo lo demás que hacen las enfermeras cuando vienen a revisar a sus pacientes y se marchó.Lucas y Doris siguieron hablando. "Ahora, me alivia mucho más que hayas encontrado la felicidad"."He encontrado la felicidad", repitió Lucas y, al mismo tiempo, Doris y Lucas se giraron hacia mí, con una amplia sonrisa en los labios de Lucas. Me ruboricé ante sus miradas, deseando que apartaran la vista. Afortunadamente lo hicieron, pero la inescrutable mirada de Mark persistió. Lo miré y levanté una ceja, y él apartó la mirada.Doris miró a Lucas, con los ojos llenos de una mezcla de tristeza, pesar y... ¿satisfacción? "Lucas", le acarició la mejilla otra vez. "Eres un buen chico. Espero que no dejes escapar lo que te hace feliz". Le sostuvo la mirada con firmeza. "Nunca la dejes ir, Lucas".Él asintió, pero la abuela negó con la cabeza. "Prométemelo".Lu
UN MES DESPUÉSLos días después de que declararan a la abuela en coma pasaron volando. El negocio florecía, Lucas y yo estábamos más unidos que nunca, todo iba bien o eso parecía.Mark y Sandra anunciaron su compromiso y se iba a celebrar hoy. Sandra no había podido dejar de hablar de ello por toda las redes."Me pregunto cómo se sentirán Steven y Sandra al respecto". Grace estaba viendo uno de los muchos vídeos de Sandra previos a la boda cuando lo dijo distraídamente.Yo solo alcé las cejas y no dije nada. Ella no había levantado la vista en busca de una respuesta, así que no creí que esperara una. Además, no me importaba cómo se sentían los dos para saber qué responder. Tal vez sí me importaba cómo se sentía Mark, pero solo porque después de que Doris me hiciera prometerlo, a veces me sentía responsable por él. Se me encogió el corazón al pensar en la abuela.Con el continuo crecimiento económico de Mark, las estrictas y lujosas exigencias de Sandra eran satisfechas.Si era mu
"¿Eh?". Mi cuchara llena de coco pops se congeló en el aire después de leer el pie de foto. No tenía sentido hasta que los vídeos terminaron de cargarse y vi cuáles eran los regalos de boda.Clive Christian, a petición suya, había creado un perfume de edición limitada con sus aromas favoritos. Hicieron miles de unidades para ella como regalos que compartiría con los invitados en su boda."¡Vale, esto es una locura!", exclamé y dejé caer la cuchara en mi tazón."¿Qué es eso?". Grace levantó brevemente la vista del portatrajes.Giré mi teléfono para que Grace lo viera y se rio entre dientes. "Mocosa mimada. No trabaja nada y sin embargo gasta tanto", dijo Grace mientras metía el traje de boda de Mark en un portatrajes.A diferencia de la novia, el novio simplemente había pedido un traje a medida a Luxe Vogue. Grace había dedicado su tiempo a diseñar y confeccionar el traje. Era un traje negro de tres piezas, con la textura más suave y lisa. Me pregunté cuánto tiempo le habría tomado
Suspiré e ignoré su pregunta. Seguí trabajando en su traje. En las últimas semanas, Mark y yo habíamos establecido una relación platónica y de socios, pero ambos sentíamos que había algo que hervía bajo todas nuestras formalidades y profesionalidad. Ninguno de los dos lo reconocía, y por eso nunca quería pasar demasiado tiempo con él, sobre todo a solas. Ahora solo quería terminar cuanto antes y marcharme de allí.Pero debería haber sabido que no se echaría atrás. Mark nunca era de los que se acobardan ni se echan atrás ante nada."Te hice una pregunta", declaró impasible.Volví a suspirar. No estaba para bromas esta mañana. "Es el día de tu boda, Mark", dije, sonando aburrida. "¿Para qué me harías una pregunta así?".Negué con la cabeza y le dediqué una mirada antes de dar los últimos retoques para ajustarle bien el traje. Di un paso atrás, mis ojos recorrieron su figura y esbocé una sonrisa. Desde la distancia, se notaba que el traje estaba hecho a medida para él. Se ajustaba per
Me di la vuelta y me giré hacia él. Empezó a avanzar hacia mí, pero no dudé en empujarlo bruscamente lejos de mí. Se quedó clavado en un sitio. Le sostuve la mirada y espeté con frialdad, "¡Basta! No quiero seguir jugando a este juego del gato y el ratón contigo".Di un paso adelante y volví a empujar su pecho. "¿Qué mierda quieres?". Volví a empujarlo. "¿Qué quieres? ¡Dímelo! ¿Este cuerpo?". Me señalé a mí misma.Furiosa y ciegamente, con manos temblorosas, desabroché la camisa que llevaba puesta, revelando descaradamente el sostén de encaje que llevaba. "¡¿Esto es lo que quieres?! ¡Bien! ¡Vamos a escabullirnos como ratas!". Me apreté contra él."¿Por qué no te echas a otra mujer la mañana de tu boda? ¡Vamos!". Tomé su mano y la puse en mi culo. "¡Haz lo que tengas que hacer y sácame de tu puto sistema!". Él cerró los ojos mientras yo le escupía en la cara. "¡Lo único que te pido es que tengas la piedad de dejarme ir después de haberte salido con la tuya con este cuerpo!".Mark ab