Sofía recién despertaba y decidió observar como Arturo se ponía la camisa y la abotonaba.
— Buen día — Dijo Arturo.
— Buen día — Se sentó sobre la cama y comenzó a arreglarse.
— ¿Sofá, a dónde vas?
—A mi casa, en realidad al hotel.
— Deberías quedarte — Sofía negó inmediatamente. — El desayuno está en el sartén, apaga todo antes de irte y si no lo haces sería agradable.
— Son las seis de la mañana. — refunfuñó y terminó de vestirse. — Déjame en casa de mis padres.
El joven rodó sobre su cama y fue en busca de ropa y tomó una corta ducha mientras Sofía comía un poco de desayuno, era completamente difícil y le encantaba aquello para &eacut
La semana había sido demasiado pesada para Luke, por un lado, estaba Sara quien le molestaba en todo sentido y por el otro el distanciamiento y la pérdida de Sofía, la fue a esperar en la puerta de la guardería, y su plan funcionó a medias, ella y Arturo entraban al lado de Sebas quien venía saltando impulsado por los adultos.—¡Luke! —Este sonrió y se agachó para recibir el abrazo del pequeño. —¿Por qué no pasaste por mí?—preguntó indignado.—Sofí dijo que lo haría.—Pueden ir los dos. —Luke le acarició el cabello y luego observó a su hermana corriendo detrás de sus hijos. —Pobre Hall. —Musitó Sebas antes de correr hacia sus amigos.Sfía y Luke rieron a carcajadas al ver el aspecto de la chica, traía una mancha de jugo en su ca
Luke observaba a Sofía dormir plácidamente sobre el sillón, sus suspiros, su piel, su cabello más corto. Se le hacía imposible dejarle ir, pese a la obligación y el amor que sentía ya por su hijo, é deseaba que todo fuese diferente que se sintiera correcto y poder tenerlo todo; el hijo, la mujer, amor, felicidad. Luke se preguntó cómo le daría amor a su hijo si aquel sentimiento se iba con Sofía. La chica esbozó una grande sonrisa y le miró directo a los ojos.— Pareces un sádico —comentó en tono burlón.— Duérmete.— Acuéstate aquí — Le hizo una seña y se corrió hacia un lado.Luke dejó la bebida que tenía en la mano y se acercó a ella, le dio un beso en la frente y se acostó al lado de Sofía, su Sofía, la mu
.........2 meses después.......Luke y su esposa vivían en medio de un caos, Sarah había hecho lo posible por mantenerle alejado de Sofía y el saber que ella estaba cerca y él no podía verle mataba a Luke el cuál amargaba adrede sus días.—Luke cariño, he pensado que a bebé le podemos llamar como tú.—No. Tampoco se llamará como tú. —Dijo y la mujer le miró tensa antes de salir de la habitación, se le notaba más el embarazo y el bebé parecía estar bien, pero su matrimonio, la relación entre ellos era crítica. Luke dormía en su oficina, la evitaba cuando le hablaba era sobre el bebé y evitaba mirarla a los ojos. La mujer se sentía mal, triste algo deprimida.La cosa se complicó cuando un fuerte dolor de cabeza le sacó y no pudo salir de
Luke se encontraba en una sala observando a su pequeño bebé, un varón, un niño sano y con latidos fuertes, al menos eso era bueno. La cosa más buena y pulcra en su vida. Él aun se lamentaba por no poder tener a Sofía con él, incluso, se molestó por no detenerle de nuevo, pero cada vez que se acordaba que un niño estaba en camino se reconfortaba.— Luke.— ¿Qué fue Sara?—Me gustaría comprar unas cosas para el bebé.— Está bien, solo dime cuando.— Más tarde —Luke sonrió y le besó la mano. — ¿Sabes que quería una niña?— A mí sí me hace gracia.— A mí me gusta, pero, ya hay muchos en la familia.— Lo que importa es como lo criemos.— Ademá
Luke se preparaba para la navidad, estaba guindando varias luces doradas alrededor de la casa.—Luke, lo estás haciendo mal, de nuevo —Gruñó Sara.—Nena, no empieces.—Si lo haces ahora como te da la gana no quedará uniforme.—Me estoy congelando del frío, y tú no paras de dar indicaciones.—Mi amor, es nuestra primera navidad juntos, bebito se unirá a nosotros ¿No quieres hacer de esta navidad inolvidable? —Luke suspiró cansado de nuevo y continuó haciendo como su esposa quería las luces, le tomó bastante tiempo, pero finalmente le regaló una sonrisa, antes de ir a dormir con ella y calefacción y la chimenea encendidas.Fue al baño y cuidando regresó a la cama, se encontró con un abdomen menos hinchado, pero igual de duro, le quitó la almoh
Hall veía a su hermano algo preocupada, le veía mayor, cansado, no era ni la mitad de lo que ella conocía, ató su larga cabellera y le acompañó a la sala de su casa, ambos se sentaron a ver el fuego en la chimenea, mientras jugaban con copas llenas de vino.— Amo a Kyle. ¿Puedes decírselo? — Luke le miró con una sonrisa.— Lo amo, a esos demonios también, solo que él no lo sabe.— Hall, eso es nuevo solo para ti— en los labios de la mujer se formó una "o" y su ceño se frunció.— Bueno, notifícale que me he dado cuenta — Luke apoyó su cabeza sobre las piernas de su hermana y le observó directo a sus ojos.— Extraño a Sofía. Le hago daño a Sarah, todo el tiempo.— Lo sé, me contó que soñaste con Sofía ¿Qu&eac
Arturo condujo un poco más rápido deseaba como nunca llegar, le preocupaba el estado de la mujer que lleva a su lado, no se veía bien, estaba pálida y sudaba un poco frío, de vez en cuando le acariciaba, y le observaba dormir de nuevo, vio el rótulo que anunciaba que estaban a 15 kilómetros.Sebastian estaba sentado en las escaleras de la casa de sus abuelos observando a sus familiares llegar, pero no llegaba el invitado más importante; su hermana mayor. No se había comunicado, la última vez que hablaron dijo que irían a tomar un vuelo para estar en la mañana ahí, faltaban 2 días para navidad y ella no había vuelto a llamar. Luke observó como el pequeño rechazó a sus otros primos por permanecer ahí sentado.—Enano, vamos a ver la película.—No quiero, no me voy a mover hasta que mi hermana llegu
Sebastian saltó sobre su hermana quien con agilidad le alzó, se abrazaron fuertemente, Sofía desde una esquina observaba a sus hijos se aceró rápidamente y se unió al abrazo con besos para cada uno.—Sebas, bájate. Sofía no debe cargarte.—Mamá...—Traje cajitas felices. Avísales a los trillizos —Le susurró.—¿Y mi cajita feliz?—Pollito no había para ti, pero te compré una hamburguesa. —Liam le abrazó y sonrió al sentir su barriga.—Has crecido.—No sabes... como carne y huevos —él rió ante el comentario de su amiga que fue a saludar al resto.—Nena te puedes quitar el abrigo, la calefacción está encendida.—Lo sé, pero me veo sensual con este abrigo.—