Capítulo 48 - Pesadilla (II)

Estoy entrando al departamento de Andrew, he venido a verlo, lo extraño demasiado, paso junto a la mesa del recibidor y veo las llaves y su móvil allí, está en casa. Una sonrisa tonta se escapa de mis labios. Sigo por el pasillo hasta la sala, allí esta su cazadora de cuero sobre uno de los apoyabrazos del sofá. Continúo al interior del departamento. Dejo atrás el estudio, la cocina y llego a las escaleras que dan a la terraza, seguro está allí. Subo lentamente los escalones sin hacer ruido, quiero sorprenderlo. Al llegar a la puerta la abro con cuidado, y la luz del sol da de lleno con mis ojos y maldigo su existencia. Cuando mis ojos se acostumbran a la claridad y observo a mi alrededor no veo a Andrew por ninguna parte. Frunzo el ceño y desciendo las escaleras. Cuando estoy por terminar de bajar un gemido me hace detenerme, no estoy segura de si realmen

Capítulo 49 - Las Crazy Lights (I)

Los golpes sobre la puerta de mi habitación me despiertan, aunque no me muevo, solo respondo con un gruñido. A lo que Dani me responde— nena despierta... tienes visita...— Abro mis ojos con pereza y me estiro sobre la cama, bostezo y le contesto— ¿quién es?...— La escucho reír y me responde una voz ronca y dulce— tu futuro novio...— Pongo mis ojos en blanco al reconocer la voz de Matt del otro lado de la puerta, me levanto y le contesto— que pesados son... ¿qué hora es?...— Escucho a Matt reír y responderme— tarde...— Camino medio zombie a la puerta y en cuanto la abro le espeto— tarde no es una hora...—Mis ojos se abren como platos al notar a Matt, está guapísimo, bueno él siempre lo está, pero hay veces en que me impacta más que otra y esta es una de ellas. Lleva un

Capítulo 49 Las Crazy Lights (II)

Matt salió de las calles de Barcelona y condujo cerca de una hora hacia las afueras, hacia la playa, para cuando llegamos estaba haciéndose de noche. El camino fue tranquilo seguimos conversando sobre música y riendo por sus bromas y ocurrencias. Después de un rato veo que entra a un estacionamiento lleno de coches, él sonríe buscando donde aparcar y cuando consigue un puesto se estaciona y me comenta— bien, es hora de volverse un poco locos...—Me guiña un ojo y desciende de la camioneta, yo lo imito y me reúno con él al frente a la misma. Me tiende su mano y la tomo dudando, sonríe y me dice— venga confía en mi... vas a pasarlo en grande...—Camino tras de él, al frente solo veo coches, pero a medida que avanzamos puedo ver que la playa frente a nosotros no se ve tan a oscuras, esta medio iluminada, y hay un montón de gente andando

Capítulo 50 ¡Oh m****a! (I)

La música electrónica inunda mis sentidos. El calor que desprende la fogata, el alcohol corriendo por mis venas y el montón de gente a mi alrededor bailando y pasándolo bien son razones suficientes para que ya me haya olvidado de que no sé me da muy bien bailar electrónica. Junto a mi Matt y Dom bailan igual de entregados a la música que yo, nunca pensé que la pasaría tan bien en una rumba como ésta. Dom se acerca a mí y grita junto a mi oído— ¿estás bien? ¿no quieres beber nada?...—Asiento y él le hace señas a Matt que se pierde entre la multitud mientras él y yo continuamos bailando, lo siento a mi espalda pegado a mí, moviéndose al ritmo de la música y me grita— preciosa te mueves bien eh...— me río a carcajadas y le respondo— no creas todo lo que ves, es sólo

Capítulo 50 ¡Oh m****a! (II)

Sin previo aviso Andrew estrella sus labios contra los míos dándome un beso apasionado, apremiante, demandante, lleno de angustia, de ansias, de anhelo. Mi boca le responde con el mismo ímpetu, con las mismas ganas.Mis manos se mueven hasta sus brazos y me aferro a su sudadera, siento como su cuerpo tiembla ligeramente mientras me besa, desliza una de sus manos hacia mi nuca y la enreda en mi cabello atrayéndome más hacia él, profundizando el beso. Luego de unos segundos se separa ligeramente de mí y me susurra pegado a mi boca— Sasha se quedó en mi casa y ni una sola vez durmió a mi lado, por muy ebrio que esté no le permitiría quedarse junto a mí. No paso absolutamente nada entre nosotros. No voy a negar que se insinuó, que en más de una oportunidad se presentó desnuda antes para que me la follara, pero te diré una cosa Asier, no quiero volver a toc

Capítulo 51 Apuesta (I)

Capítulo 51- Apuesta (II)

Pero no me deja responder vuelve a devorar mi boca, esta vez con mayor demanda sin dejar de tocarse a sí mismo con mi mano, un jadeo entrecortado sale de sus labios y se separa con brusquedad de mí, para terminar apoyado al otro lado, frente a mí con su respiración tan desastrosa como la mía, hace un ligero gesto con su cabeza en dirección a mi habitación, en señal que debo moverme, pero mi cuerpo no reacciona, no responde, estoy totalmente anulada por su presencia, por su ímpetu, por su deseo... él sonríe descaradamente tratando de arreglarse el bulto en su pantalón y pasa a la cocina, dejándome sola, hago un esfuerzo para volver a tomar el control de mi cuerpo que acaba de ser totalmente anulado por Andrew, me despego de la pared y me paro en el umbral de la cocina, Andrew está dentro de la nevera buscando algo para beber imagino, desde allí observo ese duro y lindo culazo que

Capítulo 52 - ¡Nota, celos y homenaje! (I)

Un rico y dulce aroma inunda mis sentidos, atrayéndome a la realidad lejos del mundo de los sueños, me muevo con lentitud, unas cálidas y suaves sabanas acarician mi piel, con pereza me pongo boca arriba e intento abrir los ojos, la habitación aún está en penumbras, pero hay cierta claridad, por lo que puedo abrir los ojos sin tener que maldecir la existencia del astro mayor.Miro a mi alrededor y los recuerdos vuelven a mí de manera apresurada, yo bailando en la Crazy Light con Matt y Dom, la llegada de Andrew, la pelea con Andrew, la disculpa de Andrew, el chat con Andrew, Andrew en mi apartamento haciéndome el amor, Andrew y yo en su casa... una sonrisa tonta se dibuja en mis labios.No puedo hablar ya de la noche, porque todo lo que ocurrió después que regresamos a su casa todo, paso a pleno día, Maya su lobo siberiano nos recibió a ambos como si tuviera siglos sin vernos, amo