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Era un bonito día. Hasta que...

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Me desperece esa mañana encontrándome enredada entre las piernas de la vampiresa Snefedis y la otra vampiresa Boath- Sith. La luz de los primeros rayos de la mañana salía desde los bordes de la carpa acompañado del sonido de los pajaritos. Hice un sonido gutural quitándome la manta que compartía con mis acompañantes, despertando a mi compañera Snefedis. Ella se inclinó entrecerrando los ojos, sus alas violáceas de murciélago se extendieron en todo su esplendor, ocupando la superficie de la carpa, lo mismo hizo la otra y sus alas de m

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