(Pov: Daniel)

Fijo mi mirada en el asiento trasero y contemplo a la chica que permanece dormida. Incluso mientras el camión rebota por el accidentado terreno montañoso, ella parece completamente agotada y ni siquiera ha movido un músculo desde el momento en que subió al vehículo.

Un fuerte ruido llena la habitación y me doy cuenta de que es su estómago gruñendo. Ciertamente no cazó mientras estaba en su forma humana, y mi intuición me dice que esa fue su primera transformación.

Después de media hora larga conduciendo por carreteras llenas de baches, finalmente aparco el coche delante de mi casa. Me levanto del asiento del conductor, camino y levanto con cuidado el frágil cuerpo de la niña del asiento trasero. Un sentimiento de paz inunda mi corazón con este gesto, como si, de repente, mi vida adquiriera un nuevo propósito. Sin embargo, me trae un recuerdo doloroso, uno que he intentado borrar de mi mente durante tanto tiempo: el momento en que sostuve a Lina en mis brazos. Sin embargo